Las empresas del siglo XXI se pueden permitir pocos errores en la actualidad. La alta competencia y la diversificación del público objetivo obligan a estar siempre en constante renovación si no quieren ver consecuencias directas en sus cuentas y su influencia. Una de las malas praxis de muchos negocios en que haya una mala comunicación en la empresa que impida una unidad de acción en torno a los objetivos marcados para ser más competitivos y eficaces como empresa.
No obstante, esto no se consigue en dos días. Tener una comunicación fluida y eficaz que sea transversal y conecte todos los intereses y acciones no es algo que se alcance de la noche a la mañana. Para ello necesitamos de acciones de comunicación interna que establezcan unos mismos códigos que faciliten la comunicación y el entendimiento entre las diferentes partes. Solo así se podrán sumar fuerzas y remar todos en favor de obra. Es fácil: solo hay que saber cómo hacerlo.
¿Qué consecuencias puede tener en mi empresa una mala comunicación interna?
Una mala comunicación interna puede ser mucho más dañina de lo que se puede imaginar un empresario. Más allá de un ambiente laboral más hostil y tenso, puede afectar a la propia productividad de los trabajadores debido a resentimientos o frustraciones que tenga cada uno. Pero ya no solo puede afectar a la parte interna de la empresa; también a la externa. Es decir: a los clientes. Cuando existe una comunicación deficiente, los clientes pueden percatarse de ello y pueden alejarles de tu proyecto porque ellos mismos serán los que no recomienden tu proyecto al haber problemas en su seno. Por ello, es necesario que replantees tu estrategia y determines la forma de mejorar la comunicación de tu negocio si no quieres sufrir las consecuencias de algo tan habitual como es la comunicación interna y el trato entre tus trabajadores.
¿Cómo puedo tener una buena comunicación en mi empresa?
Lo primero es desarrollar una habilidad que no siempre tenemos en cuenta: la empatía. Es algo fundamental para solucionar problemas porque es parte imprescindible de una comunicación de calidad que favorezca al buen funcionamiento de la empresa que se pueda traducir, a su vez, en una buena fuente de ingresos. Interiorizar reacciones y respuestas a estímulos, así como el “feedback” y utilizar el lenguaje apropiado en función del momento o la persona, resulta satisfactorio y acerca posturas.
Muchos expertos en comunicación aseguran que otra buena forma de comunicarse mejor con el resto de la empresa es observando a aquellos trabajadores “líderes” o que destaquen por algo en concreto. De esta manera, se estará imitando a su forma de actuar y se estará incrementando la competitividad de los trabajadores, así como contagiando las ganas y la pasión por el trabajo. De esta forma, estarás demostrando a tus empleados que cada uno es importante y suma destacablemente para el proyecto que tienes entre manos y para el que trabajan, haciendo importantes cada puesto y destacando su servicio a la empresa. Este mensaje no se puede quedar en algo aislado: debe ser repetido en el tiempo, dilatado durante una temporada, para que haga mella. Con ello, estaremos formando una conciencia de equipo en la que cada uno es trascendental y todos suman, sintiéndose parte de un todo que sería menos si él o ella no estuviera.
Además, podemos utilizar diversas herramientas electrónicas y debe haber un trato bidireccional: comunicación del jefe al empleado y viceversa. Así estarás haciendo que esta fluya mejor y se evitarán malentendidos en el futuro, algo que puede lastrar tu actividad comercial. Una buena comunicación solo puede reportar beneficios, ya sean económicos o profesionales. Solo es necesario desarrollarla.