Hay un tipo de préstamo que te envuelve en su tela de araña, que te atrapa en una espiral de deuda de la que no puedes salir, y que puede llegar a arruinarte la vida. Se trata de los revolving y, la parte positiva de ello, es que si has sido víctima la Justicia te ampara para poder reclamar y recuperar tu dinero.
Caer en estos préstamos puede llegar a ser relativamente fácil. Un anuncio en televisión, una persona que te lo ofrece en un centro comercial, o incluso una sugerencia de tu entidad bancaria de confianza. “Se comercializan como un producto sencillo, sin aparentes costes ni comisiones y con unas cuotas muy asequibles para devolver el dinero prestado” inicia Iván Metola, abogado especialista en reclamación de tarjetas revolving, y fundador de la plataforma indemniza.me.
El cliente “suele necesitar en ese momento una pequeña inyección de capital para afrontar pagos del día a día, y encuentra en este tipo de contratos una solución aparentemente rápida y sencilla” afirma el letrado, que anticipa el problema: “En poco tiempo estos clientes no pueden afrontar el pago de la deuda, que se ha multiplicado, y la única solución que encuentran es seguir pagando cuotas”.
En ese momento se entra en “una tela de araña de la que resulta imposible escapar”. ¿Por qué? “Por los intereses abusivos que aplican, y que se consideran normalmente usurarios”.
Una trampa en letra muy pequeña
Bajo la apariencia de una oportunidad ideal se esconde un entramado de cláusulas que conducen directamente hacia el precipicio. Eso sí, hay que mirar con lupa, porque generalmente estos contratos “incluyen las condiciones en letra muy pequeña embutidas en un pliego de condiciones generales que el cliente ni siquiera tiene la oportunidad de leer antes de firmar”.
Otra de las maneras de engañar al cliente es indicar el interés en formato mensual en lugar de anual, “lo que sirve para confundir al usuario que no es consciente de que el aparente 2,5% es en realidad un tipo de interés anual del 30%, una barbaridad”.
Además, advierte Metola, “hay que tener mucho cuidado con la contratación simultánea de seguros y las comisiones que suelen incluir, que también son muy cuestionables”.
¿Cómo salir de las tarjetas revolving?
Cuando el cliente se da cuenta de la situación es, habitualmente, demasiado tarde, “después de años pagando cuotas sin saber realmente ni cuánto dinero deben”.
“Esos tipos de interés tan altos prácticamente no permiten amortizar nada del capital adeudado. De este modo aunque el cliente paga sus cuotas la deuda no disminuye, incluso aumenta” argumenta Iván Metola, que completa la descripción alertando sobre “los intereses que generan nuevos intereses” dentro de esa espiral.
Además esa persona, incapaz de saldar su cuenta, se enfrenta al “acoso telefónico y postal por parte de la financiera, y amenazas de inclusión en la lista de morosos” cuando toma la decisión de no pagar algún plazo.
“Ahí suele ser cuando el cliente contacta con indemniza.me, y descubre la trampa de la que ha sido víctima”. En ese momento comienza el proceso para recuperar las cantidades. Según concluye el abogado: “No hay dos casos iguales, pero esa persona puede recuperar todas las cantidades abonadas que excedan del capital prestado. Para los casos que llevan años pagando, pueden suponer cantidades importantes de dinero”.