Vivimos en una sociedad cuyo ritmo se ha vuelto mucho más acelerado que hace unas décadas. Las exigencias laborales son mayores y con ellas disminuye unestro tiempo libre.
Si después de cumplir con dichas obligaciones queremos dedicarnos a nuestras aficiones o hobbies, el tiempo restante se recorta mucho por lo que solemos sacrificar horas de sueño.
Está claro que dormir bien nos hace sentir con más energía y descansados.Cuando descansamos bien, somos más felices y podemos afrontar mejor el día.
Sin embargo, no solo nuestro cuerpo descansa mientras dormimos si no que todo nuestra organismo se está regenerando y esto beneficia a nuestra salud de una manera extraordinaria.
Dormir nos mantiene en forma
Cuando queremos vivir mejor o llevar una vida más saludable, solemos pensar en hacer ejercicio y llevar una alimentación más equilibrada. Está claro que esto nos beneficiará indudablemente pero es necesario contemplar el sueño como un tercer factor fundamental e imprescindible para disfrutar de una buena salud.
Instituciones expertas en este tema como el Instituto Europeo del Sueño sostienen que dormir no solo es beneficioso para nuestro cerebro sino que afectan a todo nuestro organismo: las hormonas del estrés, nuestra salud cardiovascular, nuestro sistema inmunitario, creatividad, memoria…
Nuestro sistema inmunitario se regenera gracias al sueño. Esto quiere decir que mientras dormimos, éste se está recuperando. Tener un sistema inmunitario fuerte es esencial ya que nos permite luchar contra toxinas y gérmenes que suponen una amenaza constante y que de otro modo nos podrían hacer enfermar.
Además, hay un motivo por el cual, en los centros de deportes y fitness se centran mucho en la importancia del sueño. Dormir nos permite aumentar la musculatura.
Esto se debe a que durante las fases de sueño profundo (no tanto durante la fase REM) nuestro cuerpo se encarga de sanar los tejidos y células dañados durante el día.
Mejora nuestra salud mental
Muchos estudios han demostrado que el insomnio o la apnea del suelo son causas grave de la depresión. Esto tiene una explicación científica muy clara. El estrés en sí, no es solo una sensación nuestra, sino que se debe a un proceso hormonal.
Cuando dormimos nuestro cuerpo genera grandes cantidades de serotonina y melatonina (también conocidas como hormonas de la felicidad). El hecho importante es que la presencia de estas hormonas interrumpe la producción de cortisol y adrenalina en nuestro organismo, que son las principales hormona causantes del estrés.
La falta de sueño o el insomnio también influyen en nuestras relaciones personales. Nuestro discurso se vuelve mucho más repetitivo, mostramos falta de atención y nos hace ir a un ritmo más lento lo que muchas veces nos afecta personalmente. La desgana y falta de interés también son consecuencia de una falta de sueño.
¿Qué es la fase REM? ¿Cómo nos influye?
La fase REM del sueño es uno de las fases de sueño (la otra se agrupa bajo el nombre “fases no REM”. Se caracteriza por ser una fase de sueño muy peculiar, en la cual el registro de actividad cerebral es muy similar al que podemos encontrar en un sujeto en vigilia, en cambio el paciente está dormido. La importancia de esta fase radica en lo siguiente:
→ Se cree que durante esa fase se procesa toda la información adquirida durante el día. Esto nos permite transformar la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo lo que se traduce en una mejor asimilación de conceptos. A nivel emocional nos hace procesar todo aquello que nos haya podido perturbar, dándonos una mejor perspectiva de los hechos.
→Durante esta fase también se producen procesos de consolidación neuronal. Esto hace que nuestra memoria sea mucho más potente lo que se traduce en un aumento de la imaginación y la creatividad.
Afecta a nuestro sistema cardiovascular
Como hemos dicho anteriormente la falta de sueño produce estrés. Dicho estrés, se manifiesta en nuestro cuerpo mediante la aceleración de la frecuencia cardíaca, el aumento de la tensión arterial, problemas para la respiración… Todo esto hace que aumente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Dormir bien también nos previene de enfermedades como la diabetes. Los adultos que no duermen bien pierden la capacidad de regular el azúcar en sangre lo que se traduce en un aumento de las posibilidades de padecer enfermedades.
¿Cuánto tiempo es aconsejable dormir?
Esto es algo que varía conforme vamos creciendo:
– Niños : lo ideal sería un tiempo de sueño de entre ocho y once horas.
– Adolescentes: entre nueve y diez horas.
– Adultos: entre seis y nueve horas.
Aunque dormir es algo súper beneficioso para nuestra salud también es necesario recalcar que dormir demasiado tampoco es bueno, lo ideal es dormir lo necesario para que nuestro organismo se regenere completamente.
Por todos estos motivos, tenemos que procurar darle al sueño la importancia que tiene, viéndolo como un elemento clave para tener un buen estado de salud y entendiendo todos los beneficios que tiene para nosotros.