Con el mercado de invierno recién finalizado, el Sevilla es el equipo que más se ha reforzado de la Liga, al menos, de los que habitan en la zona alta de la clasificación. Y también de Europa, junto con el París Saint-Germain de Unai Emery. El club andaluz ha incorporado un jugador en cada línea del campo: el francés Lenglet, en la defensa, el argentino Walter Montoya en la medular y Jovetic en la delantera. El mensaje es claro: ir a por todas, hasta donde sea posible.
El último en llegar ha sido Walter Montoya, un argentino que, como el propio jugador dice, puede desenvolverse tanto en el centro del campo como más escorado a la derecha y va a ocupar la plaza que ha dejado el japonés Kiyotake, que vuelve a su país por motivos deportivos pero, sobre todo, personales, tras seis meses en la capital andaluza. Con motivo de la presentación del jugador argentino, procedente de Rosario Central, el Director General Deportivo del Sevilla, Ramón Rodríguez Verdejo “Monchi” , hizo balance del mercado invernal y también reconoció que había intentado algún fichaje de esos que son imposibles e impensables para un equipo como el Sevilla, que en los últimos años ha crecido enormemente y cuyos éxitos deportivos lo han colocado en el mapa de los más importantes clubes europeos, pero que no llega al nivel de los gigantes del viejo continente.
En concreto, Monchi se refirió al jugador francés Dimitri Payet, recientemente traspasado al Olympique de Marsella por 30 millones de euros, procedente del West Ham United. El jugador, que fue la sensación en la pasada Eurocopa con la selección gala, se encontraba en una situación muy delicada con el club inglés y expresó su deseo de volver al Marsella, de donde salió rumbo a Inglaterra. Monchi, que está atento a todo, intentó “entrometerse” para sacar partido y traerse a la estrella francesa al Sevilla. Finalmente la operación no fructificó pero, como admitía el responsable deportivo sevillista, “que te den una respuesta afirmativa desde un primer momento, ya es algo. Luego, la gestión no salió pero, al menos, lo intentamos”.
En el trasfondo de esta “operación fallida” hay un hecho relevante, el de fijarse en jugadores de primer nivel y que esos jugadores contemplen la opción de ir al Sevilla. No se ha dado con Payet pero sí con Nasri y Jovetic, grandes estrellas, cierto que venidas a menos pero que, en el conjunto hispalense, están recuperando su mejor nivel, especialmente, Nasri, que lleva desde principio de temporada. Pero estos jugadores podrían haber elegido otro club, sin embargo, escogieron la opción del Sevilla. ¿Por qué? En palabras de Monchi, “porque la marca Sevilla es potente y atrae”.
Desde que el gaditano se hizo cardo de la dirección deportiva, hace ya dieciséis años, el modelo de negocio del club sevillano ha sido el de fichar barato y vender caro, generando una plusvalía que ha permitido, en un primer momento, sanear las cuentas del club, cuya deuda era desorbitada y, en un segundo tramo, experimentar un crecimiento económico que lo coloca entre los más importantes de España. Lógicamente, ese modelo de negocio no es tan fácil de ejecutar, ahí interviene el ojo de Monchi y de todo su equipo, conformado por otras quince personas, para fichar a Baptista, Alves, Adriano, Kanoutè, Kondogbia, Bacca, Medel, Rakitic, Gameiro, Krychowiak y un largo etcétera, futbolistas desconocidos pero que ofrecieron un gran rendimiento y fueron vendidos posteriormente por una suma que multiplicaba por tres, cuatro y hasta siete, el precio que pagó el club inicialmente.
Este modelo de negocio sigue vigente pero esta temporada han dado un paso más. Jugadores como Franco Vázquez, Ben Yedder o Vietto, tenían ofertas de muchos otros equipos, algunos de ellos, con más cartel que el Sevilla. Por poner un ejemplo, Franco Vázquez jugaba en el Palermo italiano y todos los grandes de la Serie A lo querían. Sin embargo, el ítalo-argentino optó por el conjunto andaluz. El pasado verano, el francés Ben Arfa, que había sido uno de los jugadores más destacados de la liga francesa con el Niza, estuvo a punto de aterrizar en la capital hispalense pero, finalmente, decidió marchar al París Saint-Germain. Es evidente que Monchi se ha ganado el respeto y la admiración, no ya sólo en España, que ya lo tenía sino, también en Europa, tanto que hay equipos importantes que están deseando contar con el de San Fernando. Ese respeto se traduce en que, cuando un jugador recibe la llamada director deportivo del Sevilla, cómo mínimo, escucha la propuesta y la estudia. Pero, como el propio Monchi ha subrayado, “eso no sería posible sin la marca Sevilla”.