El epicentro futbolístico se mide en títulos colectivos e individuales. Neymar atesora algunos de ellos, la mayoría con el Barcelona, pero le falta uno: el Balón de Oro. Ser el mejor del mundo es una obsesión para Neymar, sabedor de que a sus 26 años está en el momento clave de su carrera para conseguir el ansiado balón dorado que dominan Messi y Cristiano con cinco cada uno respectivamente.
Destronar a Leo y CR7 es la obsesión del PSG y del propio Neymar, que dejó el Barcelona camino a París para liderar el multimillonario proyecto del club de la capital. Con la liga en el bolsillo, todas las miradas están puestas en la Champions League, pero tras el mal partido realizado en Chamartín, solo una remontada en el Parque de los Príncipes mantendría la esperanza de la primera Orejona para el PSG de Ney.
Y es que Neymar necesita de un partido que lo encumbre por completo. La temporada pasada se marcó uno ante su actual equipo, actuación que sirvió para remontar una eliminatoria que el Barcelona tenía perdida en el minuto 85 (3-1) y acabó remontando con dos goles del brasileño y uno más de Sergi Roberto a pase del propio Neymar.
El crack carioca es un rey sin corona, líder de un proyecto que se tambalea tras la derrota en el Bernabéu. El 10 pondrá todo su repertorio a relucir en menos de un mes en Parc des Princes en busca de la gesta soñada y eliminar a un Real Madrid que desea contar con sus servicios en dos temporadas (2019) cuando, supuestamente, el club parisino deje negociar al delantero brasileño con el club blanco.
Tras el partido entre el Real Madrid y el PSG, el brasileño dejó algunas palabras esperanzadoras de cara al trascendental encuentro entre ambos equipos en la vuelta de los 1/8 de Champions League: “es difícil, pero nada es imposible. El año pasado, con Barcelona, estábamos en una situación mucho peor y pudimos salir adelante. Espero que podamos hacerlo este año también”.