Cada vez que Real Madrid o Barcelona en conjunto o con alguno de sus futbolistas baten un récord, el planeta fútbol se detiene. A todas estas marcas se les da una importancia superlativa sin reflexionar sobre cómo ha cambiado este deporte. Se trata de ensalzar el presente sin tener en cuenta la historia. Y es curioso que el fútbol, al contrario de lo que pasa en otros deportes como el atletismo, que venera las marcas de mayor longevidad, tiende a olvidar las grandes gestas del pasado. No hay otra forma de explicar que uno de los récords que más mérito tienen de la historia de la Liga española sea, al mismo tiempo, uno de los más desconocidos.
Si se pregunta a cualquier aficionado cuál es el equipo que más partidos ha estado sin perder en la Liga, pocos por desgracia responderán que ese honor corresponde a la Real Sociedad. Ni el Real Madrid de la Quinta del Buitre, ni el entrenado por José Mourinho, ni tampoco el que ahora comanda Zinedine Zidane. Ni el Dream Team de Johann Cruyff, ni el Barça de Guardiola, ni tampoco el actual de Luis Enrique. Tampoco el SuperDepor de Arsenio Iglesias o Javier Irureta, ni tampoco el Atlético de Madrid del doblete o el del Cholo Simeone, por citar otros equipos que lograron la gloria en el torneo liguero. El récord es de la Real Sociedad de Alberto Ormaetxea. Un récord que, en realidad, es doble. Aquella Real es el equipo que más tiempo ha estado sin perder en una sola Liga desde su inicio, las 32 primeras jornadas de la temporada 1979-1980, y la que más partidos ha sumado sin caer derrotada en total, 38, sumando los seis últimos de la Liga 1978-1979.
Esos 32 partidos sin perder de la1979-1980 no le sirvieron a la Real para ganar el título de Liga. Lo perdió por un solo punto ante el Real Madrid y a causa de la única derrota que sufrió en todo el campeonato, por 2-1 en el Sánchez Pizjuán ante un Sevilla que acabó el partido con nueve jugadores y que jugó hipermotivado por incentivos procedentes del rival realista por el título. Hubo sanción económica por ese hecho, pero fue finalmente revocada. Antes de llegar ahí, la Real encadenó esos 32 partidos sin perder, 18 victorias y 14 empates. Entre los días más memorables de aquella temporada estuvieron el 4-0 que le endosó precisamente al Real Madrid después de 23 años sin poder derrotar al conjunto madridista en el desaparecido campo de Atotxa, un 4-3 ante el Barcelona remontando un 1-3, o el 4-0 que le hizo al Athletic en el derbi jugado en Donostia.
También se recuerda mucho el 2-2 en el Santiago Bernabéu, que no fue una victoria porque el colegiado de aquel encuentro, García Carrión, se inventó un penalti a favor de los locales en el minuto 88, impidiendo la que habría sido la primera victoria de la historia de la Real en el estadio del Real Madrid. Luis Arconada, portero inolvidable de aquel equipo, batió aquel día el récord de minutos sin encajar un gol de la historia de la Real, 755, la que todavía hoy es la quinta marca de toda la Liga. El guardameta txuri urdin, ganó aquella temporada el primero de los tres Trofeos Zamora consecutivos que lograría.
Aquella Real mítica de los 38 partidos sin perder no logró lo que en aquel momento parecía un imposible para el conjunto txuri urdin, el título de Liga. Pero la historia le devolvió a los realistas lo que les debía en las dos temporadas siguientes. La Real sí logró ser campeona en las dos siguientes temporadas, la 1980-1981 y la 1981-1982. Estos dos son los únicos títulos ligueros de toda su historia, y sólo en la campaña 2002-2003 estuvo cerca de repetir ese éxito, cuando la Real de Raynald Denouiex, la de Kovacevic, Nihat, Xabi Alonso, De Pedro, Aranburu y Karpin, disputó el título al Real Madrid de los galácticos hasta la última jornada y no lo logró por la derrota en la penúltima jornada por 3-2 ante un Celta que se clasificó con ese triunfo para la Champions League.
Han pasado ya 37 años desde que la Real forjara aquel amargo récord sin título. Y hoy, viendo los grandes jugadores y los equipos inolvidables que han intentado superarlo sin éxito, habría quedarle todavía más valor a esa marca.