A nadie se le escapa a estas alturas que Fernando Alonso tiene ya sus ojos puestos más allá de la Fórmula 1, donde sus últimos años han distando de ser satisfactorios. Lo hemos visto con sus escarceos con las 24 horas de Le Mans, hasta ahora todos frustrados, con su participación el pasado año en las 500 millas de Indianápolis, y ahora con asistencia en la mítica prueba de resistencia de Daytona.
Desde Indianápolis, Alonso parece encantado con el mundo de la competición en Estados Unidos, y aunque este año no podrá repetir la experiencia de Indianápolis, por la coincidencia del GP de Mónaco (en 2017 pudo suplirle Jenson Button, ahora en los Super GT japoneses), estaría encantado en volver una vez deje la Fórmula 1. “En 2018 no estaré. No es un objetivo claro, pero tengo deseos de volver, pero mientras esté en la Fórmula 1 será difícil porque siempre coincide con Mónaco. Cuando ya no compita en F1 me encantaría repetir la experiencia. Había una atmósfera fantástica, y un fin de semana genial. Revivir esos grandes momentos es una de mis metas y tan pronto como sea posible”.
El piloto hizo estas declaraciones el pasado martes, en el Media Day de la NASCAR, celebrado en Charlotte, Carolina del norte. Su presencia se explica debido a que la NASCAR es la propietaria de la IMSA, la Federación Deportiva en la que se engloban las Rolex 24 Hours of Daytona. Ahí conoció al siete veces campeón de la categoría Jimmie Johnson, y los periodistas le preguntaron cuanto sabía sobre él, a lo que Alonso respondió de manera bastante sincera: “La primera vez que oí su nombre sería en 2003 o 2004, con un videojuego de la NASCAR. Solía escogerle a él, sin conocerle de nada, simplemente por el coche. Ves todos los vehículos, y recuerdo haber jugado con otro amigo al que le gustaba uno de una compañía de chocolate que no nombraré. Él pillaba ese y yo el de Jimmie. Obviamente el éxito que ha tenido todos estos años en el automovilismo le ha convertido en una leyenda de nuestro deporte y tiene un respeto masivo”.
Además, aprovechó la experiencia para hablar de una posible participación en la NASCAR, algo que es un deseo, pero aún está en el aire. “Ahora mismo, es algo bastante lejano, porque con el nivel de técnica de conducción y experiencia que tienen esos tíos, me será muy difícil alcanzar tal nivel. Pero nunca lo sabré hasta que lo intente. Me encantaría probar un coche un día, y después de pilotarlo creo que me haré una idea de cómo sería competir con él” .
Pero el tema principal en la conferencia de prensa fue su inminente participación en Daytona. Para Alonso es otra manera de prepararse para la Fórmula 1, solo que más divertida. “Es un modo de prepararte, estoy acostumbrado a pasarme enero y febrero entrenándome físicamente para la temporada en campos de entrenamiento ejercitando con pesas y elásticos. Ahora tengo la ocasión de ejercitar esos músculos y meterme en el espíritu de competición en un coche y correr contra los mejores pilotos del mundo. Es una gran preparación y un buen calentamiento para la F1”.
En definitiva, su deseo de correr está impulsado por su amor a la competición “Hago esto porque adoro competir y adoro las carreras, y si esas carreras y competiciones suceden en grandes lugares para el automovilismo como el Daytona Speedway, es más atractivo si cabe”.
“Fui yo que le pregunté a Zak [Brown] si había asientos disponibles para las 24 Horas de Daytona y en 10 minutos lo arreglamos todo para hacerlo”. Haciendo referencia que Ligier Motorsport, el equipo donde competirá Alonso este fin de semana, es propiedad de Zak Brown, el jefe de McLaren.
