Pirelli nos ha vuelto a sorprender. Si hace poco más de una semana conocíamos su intención de introducir un nuevo compuesto de color rosa en la gama actual, llamado extrablando, megablando o hiperblando (afortunadamente ha salido adelante la última opción), ahora la novedad nos ha llamado aún más la atención. La extrema dureza de los compuestos ha lapidado estratégicamente esta temporada, pero ello no ha amedrentado a la marca transalpina a la hora de presentar un inesperado neumático superduro, que pretende asemejarse al duro actual, puesto que toda la gama será un escalón más blanda el próximo año.
Eso sí, si bien estos neumáticos tendrán similitudes, todo parece indicar que una de ellas será su nulo uso. A lo largo de la temporada solo hemos visto el duro en el Gran Premio de España y, dado su pobre rendimiento, Pirelli lo desechó para circuitos tradicionalmente exigentes con las gomas como Silverstone o Suzuka, inutilizándolo para el resto del año. El superduro heredará en 2018 ese papel y Pirelli deberá convencernos de que su decisión no ha sido fruto una vez más de la precaución excesiva que Mario Isola arrastra de los escarnios de la temporada 2013.
El nuevo neumático más resistente de la Fórmula 1 también heredará el color naranja del duro actual. Una elección cromática que trae consecuencias, ya que el compuesto duro de 2018 cambiará al color azul, que actualmente distingue a los neumáticos de lluvia. ¿Cambiarán también de color las gomas de lluvia? Y, lo que es más importante, ¿en verdad era necesario este desbarajuste de arcoiris que propone Pirelli? La Fórmula 1 mira a la próxima década con el objetivo de simplificar el reglamento, unos aires renovados con los que no conjuga la marca italiana. Así lo demuestra. Ablandar la gama actual de neumáticos habría bastado pero, lejos del sentido común, Pirelli nos ha dibujado un pintoresco abanico que los aficionados deberán empezar a memorizar antes de la llegada de Albert Park. Queda tiempo, buena suerte.