113 vueltas en 600 kilómetros, ese fue el bagaje de la primera y ansiada participación de Fernando Alonso con un LMP1, lo que aviva aún más las llamas de un futuro en Le Mans. No obstante, se trataba de la sesión oficial de rookies del WEC, no válida para el campeonato, y en la que compartió vehículo con Sébastien Buemi, subcampeón del mundo con Toyota en el Campeonato del Mundo de Resistencia y Thomas Laurent, el otro rookie invitado por Toyota para esta sesión, pero con una sorprendente edad de tan sólo 19 años.
Su mejor tiempo fue 1’43”013, ligeramente peor que el realizado por Buemi (1:42.183), pero superior al de Laurent (1:43.273). El piloto asturiano se mostraba satisfecho por cumplir un deseo que llevaba tiempo anhelando: “Ha sido un gran día. Probar un LMP1 es algo estupendo para cualquier piloto porque estos coches son fantásticos para conducir. Se muestran muy consistentes durante largas tandas, lo cual es un factor muy positivo. Quería probar un coche como este desde hace mucho tipo y hoy finalmente he podido lograrlo, estoy muy feliz por ello”
En total, 14 coches de diversas categorías corrieron durante cinco horas en el circuito. La lista de participantes se reducía a tres LMP1, seis LMP2, cuatro LMGTE Pro y un LMGTE Am.
Los test, marcados por el anuncio de que Toyota continuará en el campeonato a pesar de ser el único fabricante oficial, cerraron la temporada 2017 de un campeonato que está llamado a cambiar radicalmente de formato, pasando a celebrarse desde mayo de 2018, para cerrar con las 24 horas de Le Mans de 2019. Un cambio dado provocado por la falta de atención que sufre el campeonato una vez pasada su prueba reina.