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Anna Cruz: “El maltrato psicológico de Mondelo me generó estrés, ansiedad y depresión”

| FEB

La jugadora Anna Cruz ha compartido su experiencia personal con el exseleccionador Lucas Mondelo, afirmando que sus “métodos obsesivos” y la “persecución” le impulsaron a retirarse de la Selección Española el pasado mes de enero. La internacional española ha contado su relato a través de declaraciones concedida al periódico El País, al igual que hizo su compañera Marta Xargay.

El 11 de enero, la actual jugadora del Casademont Zaragoza de la Liga Femenina Endesa anunció que dejaba el combinado internacional mediante sus redes sociales. Pese a no mencionar la entrenador, daba la impresión de que en el escrito hacía referencia al mismo:

«Se me hace muy complicado lidiar en el día a día con ciertas cosas que no se ajustan a lo que yo entiendo con la profesionalidad de este deporte: respeto y dignidad hacia unas profesionales que llevan una exitosa trayectoria a sus espadas.

Creo totalmente innecesario seguir tolerando actos que van contra mis principios y, antes de que todo lo vivido se vuelva amargo, prefiero separar nuestros caminos. Yo también tengo poder, el poder de decidir para quién trabajo y para quién no.

Por todo ello, creo que es momento de poner fin a esta situación y decir adiós, con la cabeza bien alta sabiendo que he dado siempre todo por este equipo que en su día fue mi familia y que va a dejar de serlo porque entiendo que a la familia no se la trata así».

La deportista catalana, de 34 años, fue campeona de la WNBA en 2015 con las Minnesotta Lynx. Asimismo, ha sido internacional en 158 ocasiones y ha alcanzado un total de ocho medallas.

A través de declaraciones a El País, Anna Cruz ha revelado el supuesto calvario que habría vivido a raíz del presunto trato dado por Lucas Mondelo. La escolta ha asegurado que llegó a sufrir ansiedad, depresión y estrés.

“Cuesta mucho llegar a la élite y es muy duro tenerlo que dejar porque una persona te hace la vida imposible. Lo haces para salvar tu salud. Su maltrato psicológico continuado me generó estrés, ansiedad, depresión… me llevó a abandonar la selección y a vivir un proceso muy difícil”.

Al igual que Marta Xargay, la barcelonesa formó parte de Dynamo Kursk en el curso 2016/17, donde coincidió con Lucas Mondelo. La jugadora respalda parte del relato de su compañera, indicando que hacía comentarios relativos al peso de las jugadoras.

“Utilizaba lo del peso como estrategia de presión y acoso, no de control médico. Sus aspavientos detrás de la báscula eran de escarnio público. Como si mis compañeras rusas no le entendieran. Ha hundido a muchas jugadoras. A mí no me pilló por ahí, pero me fue minando por otras vías. Sus métodos eran obsesivos“, ha sostenido.

Al respecto, ha añadido: “La exigencia del deporte de élite no se puede llevar por delante el resto de valores. No todo vale para ganar y ganar no lo puede justificar todo. Se tiene que normalizar el decir basta, no el tragar siempre. No vale todo. Ojalá ninguna compañera tenga que volver a vivir nunca este trato. Nos encanta competir y pasamos por alto cosas intolerables. Las medallas y los títulos no tienen que salir tan caros”.

La jugadora también detalla que alcanzar éxitos con la selección supuso esfuerzos:

“Al principio de este recorrido éramos un grupo muy unido, también contra él, porque todas lo sufríamos. Nos hacíamos fuertes entre nosotras. Pero con el tiempo, él consolidó esa necesidad de conflicto que tiene para desarrollar su mando y comenzó a fomentar la competencia insana dentro del equipo. Exponerse a obedecer a alguien que te hace la vida imposible es durísimo mentalmente. Si no ríes las gracias pasas a llevar la etiqueta de problemática. Esto no deja de ser un trabajo y esas prácticas son de acoso laboral”.

La última aparición de Anna Cruz en el conjunto español fue tras la pandemia, concretamente en noviembre de 2020, cuando se llevó a cabo una concentración preparatoria.

“Necesité ayuda psicológica para superar el pánico a ir a entrenar esos días. Las faltas de respeto, personales y profesionales, que sufrí en aquella concentración fueron durísimas. Pasaba de hacerme el vacío a la descalificación delante de todos. El abuso de poder se convirtió en humillación. Tuve que defenderme hasta de cuestiones de mi vida privada. Los ataques de ansiedad que sufrí aquellos días me llevaron a decir basta. No podía aguantar más toda esa mierda”, ha manifestado.

Fotografía de portada: FEB

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