La afición del Girona esperaba expectante el comienzo del partido a las 16.15 horas. Por primera vez en la historia del club, el estadio de Montivili recibía al Real Madrid en un partido de liga. La ilusión era grande, tanto por los seguidores como por los jugadores.
El equipo gerundés disfrutó de claras ocasiones de gol, incluídos dos tiros al palo. Remató un total de 15 veces, al igual que el Real Madrid, de los cuales cuatro fueron a puerta frente a los seis de los madrileños. Sin embargo, fue el conjunto de Zidane quien se adelantaba en el marcador e el minuto 11. Tras un lanzamiento desde fuera del área de Cristiano Ronaldo rechazado por el portero del Girona, Bounou, Isco recogía el rechace y aprovechaba para marcar.
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A pesar de esto, el Girona no se deshizo y continuó desplegando su juego, mostrándose contundente en defensa. Isco fue el único jugador del Real Madrid que entendió el partido planteado por el equipo catalán y estuvo a la altura, mientras que sus compañeros ofrecieron una imagen pobre en el terreno de juego. Imprecisiones en el medio del campo, un Marcelo que parece no haberse recuperado totalmente de su lesión y la preocupante falta de puntería de Ronaldo, condenaron a un Madrid frente a un serio y cometitivo Girona.
Una remontada histórica
El empate de Girona se hizo esperar hasta la segunda parte. En el minuto 54, Stuani recogía un rechace en el área, regateó a Nacho, que acababa de entrar al campo por el lesionado Varane, y consiguió marcar con un potente tiro.
Tan solo cinco minutos después, el jugador del Girona, Portu, remataba de tacón, y en claro fuera de juego, un tiro defectuoso de Maffeo y ponía por delante al conjunto catalán.
Zidane sustituyó a Marcelo y Achraf Hakimi por Lucas Vázquez y Marco Asensio para ganar más profundidad en el equipo, pero a pesar de esto fue el Girona quien estuvo más cerca de volver a marcar que el Madrid de empatar.