Running, aerobic, montar en bicicleta o practicar natación son las actividades deportivas, digamos más comunes, en las que la mayoría de nutricionistas, dietistas, entrenadores deportivos o especialistas en medicina deportiva coinciden en señalar como las que más grasa queman y un mayor consumo de calorías provocan, con el plus añadido de optimizar sus beneficios para la salud.
Si tuviésemos que establecer un pódium, en el primer cajón se sitúa el running con una actividad calórica elevada, entre las 600 y 650 calorías por hora de actividad. En segundo lugar deberíamos ubicar la práctica de la natación con un desgaste calórico entre 550 y 600 calorías y en la tercera posición de este pódium imaginario tendríamos que hablar del aerobic en sus diversas modalidades (bodystyling o spinning, entre otros) con un gasto que alcanza las 500 o 550 calorías/hora.
Pero al margen del importante consumo de calorías, los beneficios de cada una de estas actividades deportivas no dejan de ser menos importantes. El running es un ejercicio eminentemente cardiorrespiratorio, quizá el más intenso. Y además de ayudar a perder peso, regenera la musculatura y flexibiliza los huesos.
El aerobic acentúa la coordinación y elasticidad de todos los grupos musculares y la natación es el deporte donde más se activan todos los músculos del cuerpo fortaleciéndolos, moldeándolos y aumentando la velocidad y la capacidad de resistencia, al margen de agilizar el sistema cardiaco.
Menor gasto calórico pero idénticos beneficios
En un escalón inferior podemos emplazar otras actividades, aunque no por ello menos salubres. Y decimos escalón inferior tan solo por su menor desgaste calórico. Montar en bicicleta pisa los talones a los tres que copan el pódium con un consumo medio de 500 calorías/hora; el boxeo roza las 500 y jugar al tenis supone el dispendio de 450 calorías.
Pero como ya se ha hecho mención antes, a pesar de un menor consumo de calorías sus beneficios no son aún menores. Montar en bicicleta oxigena el sistema circulatorio y robustece sobremanera el tren inferior, el boxeo optimiza la resistencia física y tonifica brazos y piernas; mientras que el tenis permite ampliar la capacidad física en cuanto a resistencia y elasticidad muscular y desarrolla los reflejos.
Jugar a fútbol o baloncesto, practicar senderismo y el golf ocupan el siguiente nivel. Tanto en el fútbol como en el baloncesto, al ser deportes de carrera continua, se fomenta una mayor elasticidad ósea consumiéndose una media de 400 a 450 calorías/hora.
En la práctica del senderismo, aunque se considere una actividad aeróbica de baja intensidad, se sobrepasan las 350 calorías a la hora propiciando el desgaste de un gran acopio de grasa que acelera la reducción de peso y el armónico mantenimiento de la forma física.
Mientras que en el golf, lejos de atribuirle un carácter sedentario, se queman 300 calorías/hora, destacando como una actividad antiestrés, desarrollando la capacidad de concentración y activando la salud cardiovascular por los largos paseos que se ejercitan durante su práctica.
En cualquier caso, cuando se practica sea el deporte que sea y aquel que elijamos según nuestras preferencias o necesidades hay que tener en cuenta un par de cosas. A mayor peso corporal mayor será el desgaste calórico y, lo que es más importante, para quemar grasas se precisa de un entrenamiento de intensidad moderada. La clave para maximizar el desgaste calórico es que la actividad sea continua y su pico comienza a ser significativo cuando se sobrepasa la media hora.