Tras una reunión de la directiva, el FC Barcelona solicitaba a la Federación Española de Fútbol la suspensión de su partido contra Las Palmas a las 16.15 horas. Desde el club catalán temían que, después de la tensión vivida en los colegios electorales, el Camp Nou se convirtiese en un punto caliente. Al final, cuando parecía que se suspendía, La Federación Española de Fútbol garantizaba la seguridad del encuentro, que se finalmente se jugará a puerta cerrada.
Por su parte, la UD Las Palmas había anunciado que bordaría en su camiseta una bandera española y la fecha de 1 de octubre “para testimoniar sin estridencias nuestra esperanza en el futuro de este país y en la buena voluntad de quienes convivimos en él, en busca del mejor entendimiento”.
“Con la bandera española bordada en nuestra equipación queremos votar de forma inequívoca en una imaginaria consulta a la que nadie nos ha convocado: creemos en la unidad de España. Lo hacemos desde la autoridad moral que le quieran conceder a la región más lejana de la capital de este reino. Lo hacemos para decirle al mundo que sentimos dolor por lo que está ocurriendo. Lo hacemos confiando en que a nadie le incomode este gesto”, señalan desde el club.