Durante los últimos meses de agonía deportiva de Sergio Pérez, el optimismo mexicano ha pasado por el músculo financiero de Carlos Slim, cuyas empresas mexicanas han venido sosteniendo la carrera deportiva de Checo: Telcel aportaba 7.5 millones de euros; Telmex 2.5; Claro, 7.5 e Infinitum 2.2, lo que suponía un montante de 19,2 millones de euros por temporada. Quizá estos números podrían sonrojar a la clase media más terrenal, pero no se comparan al escándalo que han protagonizado las acciones de Aston Martin, que en las últimas horas se han disparado, coincidiendo con el adiós de Pérez y la naturaleza de su reemplazo. No será Sebastian Vettel una máquina de vender coches ni una estrella mediática que enfervorezca masas de fans a su paso, pero con lo que tiene le basta. Un alemán con cuatro títulos mundiales. ¿Alguien da más? No para esta marca que tiene en Alemania su segundo mercado más importante y ahora ve cómo puede reforzar su imagen haciéndose con un piloto que viene a dar un empaque necesario a golpe de palmarés, que no de prestigio. Porque el momento deportivo de Vettel no puede ser peor.
“Siempre que ha llovido ha escampado”. Vettel enarbola este refrán casi como un lema personal en un momento en el que su rendimiento deportivo no puede ir a peor. Con 38 años, la retirada habría sido el paso lógico, pero no con 33. Toto Wolff, Otmar Szafnauer, Lawrence Stroll… muchas personalidades han estado involucradas en este fichaje, como si se tratara de una pieza que debía encajar en el puzle aún a medio hacer de Aston Martin. Y para ello no han importado los malos resultados de Vettel, sus continuos errores, su decadente rendimiento, o el hecho de que toda una nueva generación de pilotos le esté pasando por encima. Lo deportivo interesa, pero menos en esta operación y precisamente esa puede ser una solución al bloqueo que atraviesa Vettel tras seis temporadas de más penas que glorias en Ferrari. Su primera redención está a la vuelta de la esquina, por cierto, porque previsiblemente la scudería no logrará mejorar su monoplaza en un año de continuidad hasta el punto de dar caza a los nuevos Aston Martin. 2022 será otra historia.
Ayudará también el comportamiento del ‘Mercedes rosa’, casi con total seguridad, a la resurrección de un Vettel que está sufriendo lo indecible actualmente con el SF1000, aunque Lance Stroll tendrá ventaja de partida pilotando un coche que conocerá perfectamente. No será lo único en lo que haya diferencias con su compañero, está claro. Pero esto no pilla a Vettel de sorpresa y, por eso, pensar en un posible desencuentro de este tipo en el momento en el que los objetivos importantes entren en juego no tiene sentido. Cada cual conoce su papel. “La energía y el compromiso de Lawrence Stroll con el deporte es inspirador y creo que podemos construir algo muy especial juntos”. Seguro que el futuro ya es mejor que el presente para alguien que vive de su pasado… y eso ya es mucho decir.
