Desastre técnico y errores individuales demasiado significativos en el Deportivo. Esta es la explicación que se puede encontrar a las dos derrotas que vio el público de Riazor en el mismo partido. El malestar con el resultado para los seguidores coruñeses fue doble.
La Real se encontró en dos zarpazos muy rápidos, en tan sólo dos llegadas, el oro de Moscú. A los cuatro minutos los jugadores de Pepe Mel perdían 0-2, y con el miedo en los talones pues se mascaba una tragedia local por una posible goleada. Unos goles encajados que podrían achacarse a la falta de concentración del equipo, que en dos errores de bulto y en dos jugadas a balón parado. El Dépor encajó dos mandobles que lo lanzaron a la lona a las primeras de cambio. En ajedrez, un jaque mate pastor. Se discutió si en fuera de juego o no, y en ambos casos efectivamente en situación irregular. El primer gol excesivamente justo, muy difícil para el auxiliar de Munuera Montero, sólo apto para el VAR. En el segundo gol, una posición de influencia, en fuera de juego, debería haber anulado el tanto con las nuevas reglas de juego aprobadas para esta temporada.
Los errores individuales en los dos primeros goles de la Real Sociedad fueron consecuencia de dos inocentes acciones, una de Luisinho y otra Bruno Gama. En el primer gol, el lateral cometió una falta y entregó el balón a la Real para que sacase el castigo en lugar de ponerse frente al balón para impedir el saque, o enviar el balón a la lateral para que el equipo blanquiazul recolocase sus líneas. El portugués cometió un error infantil que sorprendió por la rapidez del saque a Tyton. En un golpeo acrobático de cabeza marcó el primero Juanmi. En el segundo, Bruno Gama despejó un balón tras un saque de esquina de la Real Sociedad hacia el centro del campo, blando e inocente, que cayó colocado frente a las botas de Illarramendi que lanzó un trallazo que Tyton ni olió. Dos errores de concentración. Dos despistes. Dos goles. Minuto 4 y pitos al equipo por el resultado. La grada se desenamoró a la velocidad del rayo, cuando aún trataba de regustar el fichaje de Luchas, que, inició el partido desde el banquillo, probablemente porque, lo demostró después, está muy justo en su preparación física. El verano le ha pesado.
¿Cómo es posible que el Dépor jugando en casa por enésima vez comenzase un partido desconcentrado y sin intensidad? A este paso, el equipo deportivista se va a parecer más a una congregación de monjas ursulinas, un buenismo que arrastra de la temporada pasada con Pepe Mel, encajando goles muy tempraneros. La Real Sociedad demostró que es fácil desarmar al cuadro herculino, sobre todo en los arranques de partido. Salir frío al encuentro al Dépor le ha costado la derrota que ha condicionado el partido. Ir a remolque y el desgaste físico para lograr superar la debacle ha sido un factor que el conjunto coruñés no pudo superar. También le pasó al Dépor ante el Levante y el Real Madrid. En Valencia el aviso fue mucho más claro, quizás porque ese duelo, comparativamente, era más de tú a tú. El Dépor, no aprovechó el parón de los partidos internacionales, no aprendió nada de sus tropiezos. Se reforzó en el ataque con el fichaje de Lucas, pero con esta nueva arma ofensiva no pudo contar de inicio, con seguridad, por lo que se vio más tarde, porque hacer la pretemporada en solitario y apartado del primer equipo del Arsenal y fuera de la gira oficial del equipo inglés le ha pasado factura y ha retrasado su preparación parta competir al cien por cien.
Los errores individuales de los jugadores han condicionado totalmente el partido. Con el equipo blanquiazul desarmado, la Real llegó con peligro. Sin embargo, no fue un goteo constante. Con los pitos en la grada y el murmullo, el equipo de Mel entró en calor y en juego. Se posicionó mejor y se echó un par de pasos adelante. Más pelón, el Dépor vivió un nuevo partido.
Tuvo que ser el central suizo Shär, el mejor del partido para el equipo coruñés, el que encontrase desde el centro del campo y arrimado por la derecha un centro preciso a Adrián que de un solo toque fino y con efecto logró dejar sin aliento a Rulli. Un golazo del asturiano. El primer tanto de la temporada en Riazor. Con el 1-2, la Real perdió finura y el Dépor encontró sobriedad, aplomo y equilibrio. Incluso, peligro. Bruno, Adrián y Andone vieron un pequeño descosido por banda izquierda y trataron de aprovechar el hueco para combinar y construir peligro. Pero la precipitación y el desacierto ante la puerta de la Real dejó el 1-2 hasta el descanso. La temperatura subió con acciones duras que interrumpieron el juego durante los primeros 45 minutos.
Ya en el segundo tiempo, el dominio del Dépor con el que había acabado el primer tiempo continuó. Lucas Pérez se enfundó la camiseta y saltó al terreno de juego. Y nada más salir al campo, un minuto después llegó el gol. Un gol que marcó Andone. El rumano recibió un centro en una jugada extraordinaria de Juanfran, que sorteó los defensas que le salieron al paso hasta encontrar el hueco por el que centrar un pase mortal para Adrián que cedió el balón de cabeza. El rumano de cara a la portería no perdonó y enchufó un puntapié al fondo de la red.
Con el empate a 2, la Real se volvió a crecer. Aunque el Dépor lo intentó enviando balones a Lucas, el delantero coruñés no tuvo acierto para filtrar un pase o tratar de llegar a puerta para crear. Sólo una falta que lanzó entre los tres palos, mansa para Rulli.
Debió ver Pepe Mel justo de gasolina a su equipo y completó dos cambios más. Dos cambios que desarmaron el peligro potencial del Dépor. Salió Fede Valverde, pero jugando por banda derecha en lugar de apuntalar el centro del campo. Luego Mel sacrificó a Andone, dejando a Adrián con Lucas. El equipo se desfiguró totalmente y perdió todo el peso que tenía en el partido. Andone y Lucas fijaban la defensa de la Real. Al irse el rumano, la Real respiró y encontró el alivio que precisaba. Íñigo Martínez consiguió dar un susto al equipo local, pero fueron Llorente, en un saque de esquina, el que volvió a poner el marcador a favor de l Real. Tyton, inocente, no se estiró lo suficiente. Era el minuto 83. El Dépor podía tener tiempo para reaccionar, pero no fue así, porque los cambios dejaron muerto al equipo ofensivamente. La Real, crecida, volvió a encontrar petróleo en otra jugada a balón parado. Esta vez una falta, como en el primer gol de la mañana. Illarramendi haciendo una croqueta disparó a puerta, sin encontrar la oposición de Sidnei, y la torpeza de Tyton. Sin reflejos y con manos blandas, el balón se coló para poner el definitivo 2-4.
La Real Sociedad con este resultado salí de Riazor como colider de la Liga.
2 – RC Deportivo: Tyton; Juanfran, Schär, Sidnei, Luisinho; Fede Cartabia (Fede Valverde, min.64), Guilherme, Mosquera, Bruno Gama (Lucas Pérez, min.49); Adrián López y Florin Andone (Bakkali, min.71).
4 – Real Sociedad: Rulli; Aritz, Íñigo Martínez (Llorente, min.66), Odriozola, Kevin Rodrigues; Illarramendi, Zurutuza, Xabi Prieto; Januzaj (Carlos Vela, min.73), Juanmi (Canales, min.54) y Willian José.Goles: 0-1, min.3: Juanmi. 0-2, min.4: Illarramendi. 1-2, min.27: Adrián López. 2-2, min.50: Andone. 2-3, min.82: Llorente. 2-4, min.86: Illarramendi.
Árbitro: Munuera Montero. Tarjetas amarillas mostradas: Guilherme para el Deportivo; Juanmi, Kevin Rodrigues y Odryozola, por parte de la Real Sociedad.