Fin del serial. Le sobraron 24 horas porque al final el Arsenal se dio cuenta que no podía doblegar a Lucas Pérez, que no se ha puesto nervioso en ningún momento. El culebrón ha tardado 102 días en resolverse. Desde el 21 de mayo, cuando terminó la Liga inglesa, Lucas había tomado una decisión firme: volver a casa. Si terco es en el terreno de juego, más terco es fuera. En la lucha encontró el acompañamiento ideal, al presidente del Deportivo, Tino Fernández. Juntos transitaron por una de las operaciones más tensas del verano. Se dieron la palabra y la mantuvieron hasta el final, pasase lo que pasase.
El Arsenal creía tener una cenicienta en Londres. El interés de una lista interminable de equipos por su delantero le hacía pensar que Lucas acabaría rendido ante la tentación de los nombres de los clubes, los millones que podía cobrar y los retos deportivos que también le presentaban. Pero en la mañana del jueves 31 de agosto, último día de mercado en Londres, Francia, Holanda, Alemania o Italia, Lucas comenzó a convertirse en calabaza, sin esperar a que dieran las doce de la noche.
El Arsenal no se lo podía creer cuando esta misma mañana, quedando 12 horas para el cierre del mercado Lucas seguía rechazando ofertas. Otra vez el Everton. Pero no esperaban que le diese calabazas también el Sevilla, el último equipo español en subirse al carro para presentar una propuesta tentadora. “No es no”, repitió Lucas. El club gunner esperaba que una oferta de un equipo español y de Champions League bastaría para seducir al futbolista. Con el Sevilla tendría protagonismo, no era un rival directo del Deportivo, y le podía poner en el escaparate para la selección, como deseaba Lucas. Pero había un problema. El Sevilla no se llama Deportivo, ni es de Coruña.
Es más, el futbolista fue más allá en su enfrentamiento con el club. Al persistir la postura de no dejarle volver a A Coruña , ls rebeldía del jugador introdujo un nuevo elemento de presión sobre la mesa. Lucas le solicitó a Arsène Wenger un dorsal. A sabiendas de que el club apuraba las horas en el mercado con los descartes, Lucas se reivindicó y le preguntó al entrenador que cuál de los números de las camisetas quedaba libre para él. El Arsenal no calculaba tal reacción. Se dio cuenta que la firmeza del delantero era más grande que la que tenía el club e incluso comprendió que acabaría teniendo una situación incómoda dentro del vestuario el resto de la temporada. El jugador manifestó estar dispuesto a sentarse en la habitación del hotel de Londres esperando la única solución que podía desbloquear la situación.
El no al Sevilla, un equipo de Champions, fue la gota que colmó el vaso. Esa respuesta negativa cambió el escenario y fue el Arsenal el que se mostró nervioso ante el pulso de Lucas. Al final de la mañana, el club gunner sacó el desatascador de la alacena del trastero. Llamó a su representante y le dio un ultimátum. Le preguntó si estaban seguros de lo que iban a hacer; si era real su renuncia a los millones de euros que le estaban sirviendo en bandeja; y, hasta dónde llegaría la tenacidad del futbolista. Rodrigo Fernández Lovelle se plantó ante los gunners con el mismo muro de hormigón armado que bunquerizaba a su patrocinado. Les hizo saber que existía ninguna otra vía que cumplir el “capricho” del futbolista. El club se encontró entre la espada y la pared, por lo que finalmente, a mediodía el Arsenal abrió la mano e inició los trámites para permitir los trámites para la cesión del jugador al Deportivo. La cohesión de Rodrigo Fernández Lovelle y el jugador ha sido fundamental para el logro final de esta operación, al que hay que añadir un elemento esencial: el presidente del Deportivo, Tino Fernández. Las tres partes tenían un acuerdo que se cumplió como si se tratase de un pacto entre caballeros.
En la Plaza de Pontevedra a primera hora de la tarde ya se descorchaba el champán. Las noticias que llegaban de Londres habían dado, por fin, el giro esperado. Sabían que la estrategia había salido como habían esperado desde el principio, pese a todos los elementos que se habían entrometido durante todo este tiempo. Las horas seguían pasando y ya no había vuelta atrás. Alrededor de las cinco de la tarde, el Deportivo ya sabía que había metido el gol definitivo al Arsenal para obtener una victoria fuera de la cancha que puede ser la más importante de la temporada. El club londinense dio su brazo a torcer con la opción de la cesión y sin ninguna otra condición. Es decir, el Deportivo no está obligado a una opción de compra en junio, aunque, llegado el momento, ambos clubes y jugador volverán a tratar el tema. Mientras tanto, las tres partes se han agarrado a la solución más práctica. Dejar salir al delantero. El Deportivo tendrá que poner cuatro millones de euros por un año de cesión. Aunque, el hermetismo sobre las cifras, por las dos partes es total.
A las seis de la tarde Rodrigo Fernández Lovelle confirmó a Columna Cero que había fumata blanca y que los papeles para la cesión se estaban arreglando. Caían los minutos y los datos. Con la tensión a flor de piel, por si cualquier acontecimiento pudiese dar la vuelta al acuerdo, las noticia que se precipitaban desde la capital inglesa eran cada vez mejores. Tanto que Lucas ya estaba haciendo las maletas y tenía los billetes para llegar al final del día a A Coruña. Y así fue. A las 19 de la tarde, se daba ya por hecho con total seguridad.
El club coruñés pasadas las ocho de la tarde daba oficialidad a la noticia, cuando ya era un clamor en las redes. Una foto de Lucas, vestido de blanco y azul, celebrando uno de los goles que le han consagrado como una estrella para el Deportivo. Y un mensaje. “Con la gente marinera no hay quien pueda”, toda una declaración de intenciones de lo que ha sido este verano en relación con esta tormentosa operación. El Arsenal ha constatado que patrón y tripulante son de esa pasta, de la de hace dura a la gente del mar.
Feliz por volver a casa y al @RCDeportivo, el equipo de mi corazón Gracias al @RCDeportivo ?????? #ONenoEstáDeVolta #DaleNeno pic.twitter.com/K0qeJ6YiPr
— Lucas Pérez (@LP10oficial) 31 de agosto de 2017
Mientras el Deportivo le daba la bienvenida, al mismo tiempo el Arsenal, a través de las redes sociales, le deseaba toda la suerte del mundo en su nuevo destino. Su casa. El club herculino informó pocos minutos más tarde que esa misma noche Lucas aterrizaría en Alvedro, justo media hora antes de que se cerrase la puerta de la mayoría de los mercados del fútbol europeo.
A las once de la noche, muchos aficionados se agolpaban a las puertas de la terminal de llegadas de Alvedro. Más de 150 aficionados, vestidos de blanco y azul, muchos de ellos niños, esperaban la llegada de la estrella deportivista. El piloto del avión vino a todo gas desde Londres, porque el avión aterrizó en el aeropuerto coruñés quince minutos antes de lo previsto. Un cordón policial de la Guarda Civil se dispuso en el aeropuerto para tratar de abrir un pasillo cuando Lucas apareciese. Pero los agentes convocados no eran suficientes para poder parar a la muchedumbre que enfervorecida quería mostrar su satisfacción por el tenaz compromiso de Lucas. Pronto se vería que los agentes serían desbordados ante el acontecimiento que estaba a punto de precipitarse.
Cada vez que se abrían las puertas de la terminal de llegadas, los aficionados coreaban el nombre de Lucas y jaleaban con bullicio alegre. En la sala en la que los pasajeros esperan las maletas, un protagonista: Mateo Pardo, el niño deportivista, que a través de Twitter, se ha convertido en un fenómeno social. El mayor fan de Lucas en Twitter. Mateo durante los últimos días ha mostrado con fotos cómo ha vivido en un sinvivir el día a día del fichaje de su jugador favorito. Mateo fue el primero de los deportivistas que pudo saludar con tranquilidad al delantero deportivista. El niño le acompañó, en medio de la marabunta y protegido por Lucas, hasta el coche oficial del Deportivo que le esperaba en el exterior de la terminal. Mateo, fue el blanquiazul con más suerte de cuantos subieron hasta Alvedro a la caza de algún tipo de recuerdo de esta fecha.
53 ohmmmm @LP10oficial ohmmmm ????????????????.aguanta Lucas aquí te esperamos pero los nervios ya aprietan ??o sea que tu(si puedes volver vuelve ) pic.twitter.com/bNIUXcWq5F
— Mateo P. (@MateoPardo7) 21 de agosto de 2017
Antes de que Lucas lograse alcanzar el coche que le trasladó al centro de la ciudad, el ambiente en la terminal era creciente. Cada vez que se abrían las puertas se desataba la locura. Los aficionados se agolpaban hacia la valla, frente a la puerta de llegadas.
Por fin, apareció Lucas. “Si, sí, sí, Lucas ya está aquí”, fueron los cánticos que recibieron a la estrella del Dépor.. Enseguida, el cordón de seguridad se rompió ante la avalancha de aficionados que querían acercarse a su estrella. Cada uno se buscaba la vida o pretendía hacerse un hueco para poder lograr la atención del nuevo ídolo blanco y azul. Todos los aficionados que acudieron al aeropuerto querían una firma, una foto o un saludo. Para la prensa, imposible el trabajo. Imposible un plano con tiempo para hacer el encuadre perfecto. Imposible una pregunta. A Lucas le costó alcanzar el coche del Deportivo que le esperaba. Tuvo que serpentear la terminal entre la masa de aficionados. Se paró, sonrió, firmó y atendió todas las peticiones que pudo. Y por fin, llegó al coche. Sentado en el asiento de atrás, más tranquilo, cogiendo aire tras el emocionante regreso que acababa de vivir, Lucas tuvo un momento para resoplar de alivio y descargar la tensión acumulada de más de cien días de lucha y espera.
Mientras revivía mentalmente el baño de masas, logramos colar una pregunta entre los flashes de las cámaras. ¿Estás contento? Respuesta corta, pero cargada de felicidad: “Sí, mucho”. Y mientras mira a su pequeño acompañante, Mateo Pardo, que a partir de esta noche ya no se despega de su ídolo. Lucas le pregunta al niño “¿Qué pasada, no?” El delantero se responde. “Buahhhh”.
El hijo pródigo ha vuelto para vestirse de blanquiazul. O novo neno del Dépor es ya una realidad para LaLiga.
Gracias al @RCDeportivo y a todo el deportivismo por un recibimiento tan caluroso #ONenoEstáDeVolta #daleneno pic.twitter.com/GPp2wUJFt1
— Lucas Pérez (@LP10oficial) 31 de agosto de 2017