El nivel de compromiso con el Deportivo de Lucas Pérez no tiene precedentes. La frase hay que interpretarla y entenderla en el empeño y el esfuerzo que está haciendo el jugador coruñés por fichar por el Deportivo. Lucas tuvo que forjar su carrera fuera de A Coruña porque en el equipo de su ciudad no encontró oportunidades. Terminó de hacerse como futbolista en Madrid. Tuvo que hacer las maletas para demostrar que lleva el fútbol en la sangre en ligas menores y más duras, como la griega o la de Ucrania, en tiempos de crisis económica o de grave conflicto político. Pero siempre con la mirada puesta en A Coruña. El Deportivo lo tuvo claro hace tres veranos. Primero para obtener su cesión. Al año siguiente, tras demostrar que tenía un hueco en la delantera del Deportivo, con una operación de traspaso, una de las primeras que volvían a significar la recapitalización del club, que comenzaba a manejar dinero para hacerse con jugadores en propiedad. Esa temporada fue un éxito rotundo. Pero la cláusula de rescisión demasiado asequible para depredadores, como el Arsenal, que las tuvo tiesas hasta poder firmar la operación definitiva. Ahora, Lucas, por tercer verano consecutivo, llena portadas porque está en el punta de mira del mercado. Esta vez para regresar al Dépor, por segunda vez. Pero en esta ocasión la cuerda está excesivamente tensa porque los deseos de Lucas y Dépor chocan frontalmente con el Arsenal.
Apenas hay precedentes a este respecto y tal y como se está dando la situación desde el principio de este verano. El único jugador que se declaró en rebeldía para fichar por el Dépor, en la historia reciente, fue un portugués y la demarcación de ese futbolista era la más opuesta en el campo a la posición de Lucas. Se trataba de Nuno Espírito Santo. Abandonó su ciudad, vivió de incógnito más de un mes en A Coruña, entrenaba en las playas de la costa coruñesa con un preparador físico sólo para él y residía sólo en una habitación de un hotel frente al mar de la playa de Riazor. El presidente del Vitoria de Guimaraes, Pimenta Machado, su puso como una furia por el comportamiento de su portero, que sólo quería fichar por el Deportivo, entonces un equipo de moda de la Primera División española. Nuno no atendía razones. Dejó de entrenar con su equipo más de un mes. Estaba en paradero desconocido oficialmente. Vivía oculto para la prensa lusa. Nuno, entonces, soñaba con ser llamado por el seleccionador como el sustituto de Vítor Baía. La prensa lusa avalaba tal augurio. Quien manejó aquella operación fue Jorge Mendes y Augusto César Lendoiro. Aquel desconocido representante fue bautizado como o «afillado». Hoy, Jorge Mendes, es el representante más importante del fútbol mundial. La operación de Nuno Espirito Santo fue la primera que hizo Jorge Mendes fuera de su país. Nuno, finalmente, acabó en el Deportivo, tal y como era su propósito. Le costó la crítica de los aficionados locales de Guimaraes y ser una persona non grata para Pimenta Machado. Lendoiro, un enemigo en la pequeña ciudad lusa y el presidente del pequeño club portugués. El Dépor consiguió mantener en secreto a Nuno en la ciudad, a la vista de todos. Nadie lo conocía y pudo pasar desapercibido. Roberto Veira fue el consejero del club que se encargó de mimarlo mientras la operación no se resolvía. Nuno tuvo que llenarse de paciencia y esperar a que los ritmos del mercado del fútbol impusiesen su ley. A pesar del empeño de Nuno por jugar en el Dépor, los caprichos del juego fueron por otra dirección. No llegó a cumplir el sueño tal y como esperaba porque se encontró la competencia de otro gran portero, Jacques Songo´o, de la mano de otro gran representante del fútbol, Lucidio Ribeiro, que hizo sombra al meta portugués.
Jugadores en rebeldía con su club, de forma declarada y aguantándole el pulso a sus dirigentes, sólo el de Nuno. En el contexto actual, con un Dépor tratando de sobrevivir en la máxima categoría, sin tener el protagonismo deportivo de épocas pretéritas, sólo Lucas Pérez. El delantero coruñés se agarra a la terquedad para convertirse de nuevo en jugador blanquiazul. Este verano, Lucas ha demostrado con tal empeño y compromiso que quiere ser uno de los hombres de Pepe Mel que ha generado una enorme ilusión entre miles de aficionados blanquiazules, que no esperan otra cosa que el culebrón termine con Lucas vestido de nuevo con los colores del club herculino. El desplante al Arsenal, por el Deportivo, no tiene parangón. No tiene comparación. Y no la tiene por la tensión que está generando este fichaje y porque Lucas está arrinconando a uno de los grandes equipos de la Premier League por el Dépor, el club por el que verdaderamente siente los colores.
Lucas lo tiene muy claro. No ha cedido ni un ápice durante todo el verano. Sabía que tenía que estar preparado hasta el último día y hasta última hora para poder resolver su ansiado sueño. Lucas se ha abonado al «no es no» y sólo se reconoce en el escenario del «sí al Dépor» como estrategia personal, incluso, en contra de los consejos de su representante, Rodrigo Fernández Lovelle.. Pero si alguien manda en el futuro del jugador es el propio futbolista. Así se lo ha hecho saber desde el principio. Y con ese mandato, Rodrigo Fernández Lovelle mantiene el pulso negociador de su patrocinado.
Ha declinado una oferta de 20 millones de euros netos del Fenerbahçe en los últimos días por jugar en el Dépor
En la senda del «no es no» ha desechado oportunidades muy importantes y jugosas económicamente. Algunas cuadriplicando lo que cobra actualmente en el Arsenal, 5,5 millones de euros. Cifras que de ningún modo percibirá en el Deportivo, si finalmente el Arsenal suelta la cuerda. Lucas Pérez ha dicho no al Valencia, Lazio, Olympic de Marsella, Betis, Málaga, Sampdoria, Fenerbahçe, el NewCastle de Rafa Benítez que llegó a conversar con el jugador para sacarle de su obcecación, el Everton, el Galatasaray, Lille, Bayern Leverkusen, Watford, Español o el Levante. El Levante, curiosamente. no le interesa a Lucas rotundamente y ha dado el siguiente argumento. No quiere reforzar a un equipo que puede ser un rival directo en el objetivo de permanecer en Primera División. El Levante, como respuesta, y como estrategia, mantiene su oferta y el interés hasta el final para tratar de estorbar al Dépor para que no se refuerce con un delantero que considera que puede ser decisivo en las expectativas del club coruñés para mantenerse otro año en la máxima categoría. Hoy ha vuelto a la carga el Betis que insiste en hacerse con los servicios de Lucas por segunda vez en las últimas semanas. De los citados, Lucas ha cerrado las puertas a tres equipos de la Europa League: Lazio, Everton y Olympic de Marsella. Y le mantiene el pulso a un equipo que ha jugado la Champions esta temporada.
Si hablamos de sueldos ofrecidos, el “no es no” de Lucas Pérez sorprende más todavía. Sólo la oferta turca del Fenerbahçe, que ha desechado esta misma semana, es de 20 millones de euros netos. ¡Netos!. Finalmente ha fichado a Soldado por un salario menor. El Galatasaray también se ha movido en cifras muy similares a las de su rival turco. Los clubes ingleses que se han interesado en el delantero coruñés mejoran el contrato actual del «gunner». Por tanto, el jugador está renunciando a sustanciosos contratos por jugar en el club de su ciudad. No hace ni un año que Ryan Babel dejo tirado al Deportivo después de haberse puesto fino en la Liga -venía gordo y sin tener otro equipo en el que jugar- para fugarse a la liga turca, en donde le triplicaron el salario que le ofrecían en A Coruña.
2,5 millones de euros separan al Deportivo de conseguir el traspaso y el pulso se mantiene vivo ahora por la cesión
El Arsenal quiere 15 millones por su traspaso. Estaría dispuesto a perder 6 millones de euros, pero ni un euro más. El plante de Lucas Pérez ha sido de tal calibre, que los ingleses no han tenido más remedio que abrirse a ls posibilidades de una cesión, pero siempre poniendo trabas al único deseo del futbolista. Dejarle salir sí, pero al Dépor no ¿Por qué? El año pasado, por estas fechas, con el mercado a punto de cerrarse, el Arsenal quería a toda costa a Lucas Pérez. El club no estaba abierto a ningún traspaso. No dio ninguna facilidad de pago al Arsenal que estaba dispuesto a pagar 20 millones de euros en dos plazos. Pero el club coruñés se negó a dar tales facilidades. Lucas conocía los términos de la oferta inglesa y se limitó a trasladarla al club. Y en medio de la tormenta estival jugó contra el Eibar marcando el gol de la victoria del cuadro de Gaizka Garitano, el auténtico valedor del delantero coruñés. Fue su última contribución antes de marcharse rumbo a Londres. Al final, in extremis, para poderse hacer con el delantero, el Arsenal tuvo que desembolsar a toca teja 21 millones de euros. Esa situación, tener que aflojar la cartera de una sola vez, irritó a los dirigentes del club londinense. Por su parte, el club coruñés dio la bienvenida a esos 21 millones de euros porque en ese momento Hacienda seguía exigiendo pagos cuantiosos a la entidad blanquiazul. El dinero de Lucas fue una vía tapar las grietas económicas del club y sacudirse la presión del fisco sobre la entidad.
Por eso, de aquellos polvos estos lodos, es decir, la tensión actual. Ese es el obstáculo real que mantiene en vilo el final de la historia, además, obviamente, de las diferencias económicas. Pero el final esperado por los aficionados herculinos es el verdadero deseo de Lucas. Y al deseo se agarra, sin saber si será suficiente.
Lucas no está sólo en la pelea y en la estrategia que está siguiendo. Cuenta son el respaldo del presidente del club coruñés. Si no fuese por el empeño personal y directo de Tino Fernández hasta el momento actual, la situación estaría ya rota y no llegaría al extremo en el que se encuentra, con el Arsenal arrinconado por una estrategia que no ha encontrado fisuras ni el jugador ni el club que le espera con los brazos abiertos. Porque la pelea del presidente del Deportivo está al nivel de la fuerza que a su vez está ejerciendo el futbolista del Arsenal. Una lucha que Tino Fernández incluso está viviendo de puertas para adentro. Primero con su técnico, Pepe Mel, que intentó desanimarle al principio de la pretemporada aconsejándole que no se empeñara tanto en el coruñés y pidiéndole que centrara sus esfuerzos en otro delantero. Porque Pepe Mel quería disponer de una pareja de baile para Andone antes del comienzo de Liga. Y después con algunos directivos blanquiazules que ven en la estrategia desarrollada desde la Plaza de Pontevedra como un juego peligroso. Pero ambos, han tropezado con una roca que permanece inmóvil hasta el final, dando seguridad a los pasos y a la rebeldía del deseado punta coruñés.
Por tanto, la historia del fichaje de Lucas Pérez se resume en que los tres protagonistas que pueden desatascar el caso son extremadamente tozudos. Tino Fernández porque quiere recuperar a Lucas Pérez a toda costa, con el único límite que le marca la Liga respecto al tope salarial y el margen inversor que le marca escrupulosamente su director financiero, José Benito González-Dans. Por otro lado, el jugador, que se ha hecho fuerte en su casa, desoyendo todas las cantinelas que le llegan. En solitario asume la responsabilidad de la palabra dado y sostiene a un coste muy elevado su compromiso de mantenerse firme hasta última hora. Además, en el Deportivo espera adquirir la titularidad y los minutos que necesita para construir un nuevo sueño: reclamar un puesto en la selección a las puertas de un Mundial. Y, por último, el tercer tozudo de este «thriller». El Arsenal. Que no ve con buenos ojos permitir el regreso a casa de Lucas y trata de dinamitar todos los puentes que Lucas y el Deportivo han tratado de construir. Para el Arsenal, la opción coruñesa es su última opción entre todas las posibles, pero es la primera de la lista de su «ninguneado» delantero, al que ha retirado el dorsal, lo ha dejado fuera de las convocatorias y le ha ordenado que entrene con el equipo filial.
El Dépor mantiene su oferta de 12,5 millones de euros por comprar los derechos de Lucas y hacerse con el 100% por cien de sus servicios, con opciones para el Arsenal en futuros beneficios que puedan derivarse del rendimiento deportivo y económico de su jugador. Sólo 2,5 millones de euros son los que separan a los dos clubes para firmar la venta. Pero ni el Dépor sube de los 12,5, ni el Arsenal baja de los 15. Además, la entidad blanquiazul ha dado el visto bueno a la operación de la cesión. El jugador sabe los términos de su compromiso con el club de su ciudad, si logra finalmente firmar el contrato de su vuelta a casa el 1 de septiembre.
En el juego maquiavélico que mantienen jugador y Deportivo para resolver el fichaje por el club herculino hay que tener la situación de los mercados. Porque a la estrategia del Dépor sólo le queda menos de 24 horas para quitarse de encima a todos los «moscones» europeos que han enturbiado la operación. Entre este martes 29 de agosto y el miércoles 30 de agosto, el Arsenal ha recibido 5 ofertas mareantes. A todas ellas, Lucas ha repetido cinco veces su “no es no”, ante el estupor de su actual club, que esperaba que el futbolista se turbase ante los salarios que se comprometían y siguen comprometiéndose a ofrecerle.
El Deportivo espera quedarse definitivamente sólo este viernes en la lucha por fichar a Lucas
Así pues, todo pasa por llegar al 1 de septiembre. ¿Por qué? Porque la Liga española cerrará más tarde que las otras Ligas más potentes del mundo. «El periodo de inscripción de jugadores de LaLiga finalizará el 1 de septiembre a las 12 de la noche. Según el reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (2016), en su punto 6 (Artículo 2), cada asociación tiene la capacidad de decidir las fechas de su cierre. El citado artículo dice que el primer periodo de inscripción no debe durar más de doce semanas por lo que LaLiga ha decidido establecer su periodo en las fechas indicadas. LaLiga ha elegido esta temporada cerrar el mercado el último día de la semana ajustándose a las fechas del reglamento», según ha reconocido el departamento de prensa de LaLiga a Columna Cero.
Por tanto, con la Liga italiana, la competición alemana, francesa, turca e inglesa cerradas -la portuguesa cierra el 22 de septiembre- sólo queda como opción más atractiva la de LaLiga española. El Valencia, que sí puede económica y deportivamente estropear la operación al final del camino, jugará el pulso hasta el final. El otro equipo de la ciudad del Turia, el Levante, que sólo aguanta para estorbar, son los dos rivales a batir por el Dépor en el previsible escenario del sprint final. El Betis también se ha apuntado a la fiesta la tarde del miércoles. Por tanto, la clave es jugar con los tiempos, y esperar hasta el último segundo, para tratar de hacerse con el delantero gallego. ¿Podrá aguantar el club coruñés el pulso? ¿Podrá Lucas, como lo ha hecho hasta ahora sin pestañearse? ¿Subirá el Dépor su apuesta por sorpresa y salvará la escasa diferencia que hay hasta los 15 millones que pide el Arsenal a última hora?
Todo indica que el último capítulo de este culebrón no se verá ni se contará hasta este viernes y con la media noche apuntando en las agujas del reloj. Salvo bandazo imprevisto, el delantero seguirá forzando la máquina. El Dépor tampoco apurará sus últimas fuerzas, asumiendo un juego muy peligroso, pero con la esperanza de poder tirar del carrete en el último segundo para pescar la mejor marea. Las horas pasan pues para provocar que la presión venza al Arsenal mientras los mercados del fútbol se vayan cerrando. Fiándolo al todo o nada y a que los nervios de las últimas 24 horas del mercado del fútbol español sea la clave de todo el desenlace. O sea, lo que se esperaba al principio del verano. Pero una cosa es contarlo y proveerlo y otra vivirlo.