Ante la crisis que ha generado el coronavirus, principalmente y de forma muy grave en la salud de las personas, también lo será en el capítulo económico. Las heridas y las consecuencias en el campo de los negocios es aún un terreno misterioso, ya que podemos imaginar que el desastre será profundo pero nos falta saber hasta dónde llegará esa profunidad.
Augusto César Lendoiro, ex presidente del Deportivo de A Coruña, ha fijado su foto particular en el mundo del fútbol. Este es el artículo que ha escrito al respecto y que comparte en Columna Cero.
"Los españoles estamos pasando, sin duda, por el peor momento de la acción destructiva del coronavirus que se está cobrando miles de vidas humanas, nos amenaza con destruir nuestra economía y está poniendo en muy serio peligro a esos héroes y heroínas que son esas personas de la sanidad, de los mercados, la de las fuerzas y cuerpos de seguridad… y los miles y miles de porteadores de servicios, que se juegan la vida y que no salen a relucir en los medios, pero que nos ayudan a llevar mejor este encierro, sin que nosotros casi nos enteremos. A todos, infinitas gracias y el compromiso de cumplir al pie de la letra nuestras obligaciones. El “YO ME QUEDO EN CASA” es lo menos que podemos hacer por ellos.
Pero, tras recordar esa máxima concluyente “Lo primero es antes”, tenemos que ser positivos en estos momentos que invitan al pesimismo y prepararnos para el día después. Por eso, a los que nos encanta el fútbol, nos preocupa la imagen de estos últimos días, con unos debates absurdos.
Que nuestros dirigentes futbolísticos se centren en lo único importante y se olviden de posibles ERTEs, deducciones de los salarios de los jugadores, si son o no posibles los préstamos bancarios de 500 millones al fútbol profesional … hasta, incluso, y ya es decir, si, por exigencia sanitaria, los encuentros se tienen que disputar con público o a puerta cerrada…
Ignoro si Luís Rubiales y Javier Tebas, cuyos enfrentamientos mediáticos a veces rayan con el esperpento, se pararon a valorar lo que piensa de esa actitud la ciudadanía, incluídos aquellos que no les importa demasiado el fútbol. Yo les diría que están hartos y a punto de perder la más elemental educación a la hora de calificar unos choques sin sentido, en lugar de alcanzar un acuerdo sobre lo único trascendente en el fútbol español: disputar las 11 jornadas de Liga que restan.
Tanto por razones deportivas como por motivos económicos, finalizar las ligas de Primera y Segunda División (Play Off incluido) y la final de Copa, se convierten en la “única cosa necesaria”… porque de ello va a depender todo lo demás.
Disputar todos los encuentros de la 2019-20 es prioritario. El cuándo, es secundario. Se necesita aportar la foto finísh de la carrera porque de la clasificación definitiva dependerá todo. La tabla no solo nombra al campeón, los equipos de Champions y Europa League, o los que ascienden o descienden de categoría, sino que fija el 80% de los presupuestos de la práctica totalidad de los clubs españoles porque del puesto dependerá la cantidad que le corresponda por la venta centralizada de los derechos de televisión. En suma, que quede claro para siempre: “la mejor gestión económica de un club, es una brillante clasificación deportiva”.
Estarás conmigo que todo eso no puede quedar al albur de decidir en un despacho si se toma como definitiva la clasificación de la primera vuelta, o la de la última jornada disputada, o cualquier operación matemática que pueda inventarse. Ya hace unos días decía en una entrevista que “El fútbol no se puede disputar en los despachos, se tiene que jugar en los terrenos de juego”. No nos olvidemos nunca de decisiones tan nefastas tomadas en “oficinas” como los descensos por el “tema avales” del Celta y del Sevilla -cuyas consecuencias aún se siguen pagando hoy con 22 equipos en la Segunda División- ó “la liguilla de la muerte” que Irigoyen propugnó en 1986-87 y que finalizó con el descenso del Racing y la salvación del Cadiz.
No se debe olvidar que el más grave problema, excepción del deportivo, al que se tendrían que enfrentar los Clubs sería el derivado del incumplimiento de sus obligaciones con los poseedores de sus derechos televisivos. En eso tenemos que darle la razón a Jaume Roures que, aunque exagera en las valoraciones económicas derivadas de la posible suspensión definitiva de la temporada, anuncia que el palo económico sería durísimo para los clubs y lo que eso podría acarrear de reducción de salarios para los jugadores.
Por esa razón es preciso que todos busquen soluciones a partir del momento que las autoridades gubernamentales permitan la celebración de encuentros de fútbol. Los primeros pasos importantes para facilitar el final de las temporadas nacionales lo dieron UEFA, FIFA y COI, con la suspensión para 2021 de Eurocopa, Copa America y Olimpiada. Ahora corresponde a FEF y LIGA encontrar las fechas a partir de ese “Día D” que señale el Gobierno, encajándolas con las competiciones europeas de clubs. No debe ser difícil el acuerdo, porque, aunque se debe terminar lo antes posible, no tiene por qué existir una fecha tope.
Para ello parece oportuno disputar dos jornadas, no más ni menos, a la semana, salvo algún problema que pueda surgir por las competiciones internacionales de clubs. Esta previsión nos debe llevar más allá del 30 de junio con la bendición que se anuncia por parte de FIFA y la aprobación de los jugadores, por la cuenta que les debe tener económicamente.
De la Liga 2020-21 ya hablaremos cuando conozcamos el día que finaliza la actual y cuales son las fechas de los torneos internacionales de clubs y selecciones. Seguro que se va a poder confeccionar un calendario más que aceptable, porque todos van a tener que ceder y perder plumas. Estoy seguro que será una temporada en la que se aceptarán -eso si, quizás de forma temporal- algunas de las pretensiones más agresivas desde hace años.
A título de meros ejemplos podríamos citar tanto el disputar partidos en las fechas de Navidad, como la reducción a un solo partido de los cuartos y semifinales de Copa, como reconocer que LaLiga tiene razón cuando le pide a Infantino que debe dar el primer ejemplo recortando alguna de las excesivas fechas de los partidos de selecciones, como que la FEF le permita recuperar por una temporada, si resuelve algo, ese partido de los lunes que tanto le ilusiona a Tebas y a las TV, como que se ocupe -y permítaseme quizás una frivolidad- el único hueco que queda en la parrilla, las diez de la mañana del domingo con el “partido de los churros”(buena hora para los chinos y continente asiático) que sería la antesala del partido de la “sesión vermut”, ó …
Ruego a Rubiales y a Tebas -con la autoridad que me otorga el ser uno de los más longevos dirigentes de nuestro fútbol y el conocerlos muy bien después de etapas preciosas en las que he mantenido una relación de amor-odio-amor con ellos- que aparquen sus diferencias y trabajen por lo que sin duda les une: conseguir ese acuerdo del que depende el futuro de los clubs españoles.
Restan 15 días para, es el deseo de todos, dar por finalizado el estado de alarma y enfilar una nueva etapa. Una semana antes será el Domingo de Ramos. Ojalá podamos en esa fecha entonar de “forma coral”, como gusta en LaLiga, el “Hosanna en el fútbol”. O lo que es lo mismo, celebrar ese acuerdo FEF-LIGA, Rubiales y Tebas, que tanto anhela España".