El Real Betis comenzaba La Liga en terreno pantanoso, visitando al vigente subcampeón liguero, el FC Barcelona, que llegaba en aparentes horas bajas, tras haber perdido la Supercopa de España estrepitosamente contra el Real Madrid. Su carta de presentación era hasta el momento escasamente optimista, dejando muchas sensaciones positivas por el camino, además de contar con las importantes bajas de Piqué, Iniesta y Luis Suárez. El beticismo, así como Quique Setién, se agarraron a esos dos aspectos para intentar salir beneficiados del Camp Nou, pero los nervios y la presión pudieron finalmente con un conjunto que más que verdiblanco se encuentra verde en estos momentos, con múltiples errores que, con suerte, hicieron que la balanza fuese descaradamente para el lado blaugrana, finalizando el encuentro con un resultado final de 2-0.
Las claves:
1ª. Setién erra eligiendo a los once jugadores. Comenzando por la defensa, Alin Tosca jamás puede ser titular en el Betis, ni como central, ni mucho menos como lateral. Resta en todas las jugadas, no es contundente y siempre se desentiende de las espaldas, lo que costó los dos goles al Betis, así como varias jugadas de peligro más.
Nahuel parte con poco nivel. Si bien en la pretemporada fue de los más destacados de la plantilla, contra el Barcelona dejó mucho que desear, fallando infinidad de pases fáciles por querer hacerlos complicados, y perdiendo posesiones por tonterías innecesarias. Debe ir al banquillo.
Narváez es canterano y de los más prometedores del Betis Deportivo. Sin embargo, se le notó nervioso en ciertas acciones que hacen entrever que aún le falta para llegar al nivel de la élite. Es bueno que comience a acumular experiencia, pero a sorbitos; no puede partir de titular frente al Barcelona en la primera jornada si su origen es la Tercera División.
La gran decepción ha sido el mexicano Andrés Guardado. El centrocampista se encuentra dos escalones —siendo generoso— por debajo del nivel medio de la plantilla. Escasos desplazamientos sin balón para tapar huecos, gestión del balón con desgana y muchos fallos técnicos y tácticos. Le falta muchísimo para cubrir las expectativas.
2ª. El segundo error del equipo fue la salida al verde. Desde el minuto 1 pudimos ver a onces jugadores que salían al césped a verlas venir, prácticamente sintiéndose derrotados sin siquiera haber disputado unos cuantos balones. Faltó confianza en enormes cantidades; deben creer en sí mismos sí realmente quieren lograr puntos a lo largo de la jornada, y jugando contra el Barcelona debes ir más confiado que nunca, porque si no, pasa lo que pasa.
3ª. Es perceptible un notorio abandono de la parcela física, algo totalmente inconcebible si recordamos que el preparador físico es Marcos Álvarez, una auténtica eminencia en su campo. Los jugadores llegan apurados cuando disputan más de 60 minutos, les cuesta arrancar carreras estando en seco. Jugando contra el Barcelona, quizá, este aspecto se camufla un poco, debido al estilo de juego de toque que promulga la entidad blaugrana, pero cuando nos toque jugar contra un equipo que su fuerte son los contraataques y jugadas rápidas —Real Madrid, por poner un ejemplo…— nos veremos tremendamente superados por culpa de la falta de resistencia física. Es apreciable en cómo finalizaron el partido dos de los nuevos fichajes, Guardado y Camarasa, ambos con calambres musculares que les hicieron tumbarse a intentar recuperarse. El valenciano tuvo que retirarse del campo.
4ª. Como ya se ha recalcado, falta confianza en los jugadores, y la prueba más notoria es la de Sergio León, fichaje que ha llegado para ser la referencia goleadora de este Real Betis. En el partido contra el Barcelona tuvo un par de ocasiones claras que no logró materializar debido a las dudas que le entraron al encarar a Ter Stegen. Sin embargo, la más evidente fue una contra lanzada por Narváez que colocó a León delante del meta blaugrana, con el balón, y tras unos segundos dudando, apareció Mascherano, quien le robó el balón limpiamente, antes de poder reaccionar. Lentitud no solo de movimientos, sino mental, que no le permitió enmendar sus dudas y lanzar el balón a la red. Ha de mejorar esa aptitud y lograr constancia a la hora de conseguir goles, vitales para ganarse el cariño de su afición.
5ª. Ser fiel al estilo de juego no implica necesariamente regalar la posesión en lugares frágiles del terreno de juego. Por no dar un pelotazo tras el que recomponer el esquema sobre el césped y querer sacar la pelota jugada en todo momento, jugadores rivales roban limpiamente el balón tras ejercer presiones asfixiantes contra las cuales los béticos no pueden reaccionar. No hay estrategia que ejercer ante una presión intensa del rival, y eso deriva en dudas a la hora de sacar el balón desde nuestro campo, lo que, inevitablemente, acabará con pérdidas que serán dolorosas en todos los partidos.
6ª. Con balón, se nota un claro desorden posicional. La línea defensiva se encuentra separada por metros que parecen infinitos, lo cual provoca que, al intentar sacar el balón, los centrales tengan que hacerlo horizontalmente, jugando con los laterales para intentar adelantarse poco a poco y encontrar a los mediocentros. Sin embargo, peor aún es la separación que existe entre el mediocentro y la línea ofensiva, siendo el referente, Sergio León, una mota perdida en el universo en comparación con la distancia existente. Los únicos que parecieron apoyar al tenedor de la posesión fueron los extremos, Nahuel y Joaquín, que hacían las veces de interiores solo para ensanchar el mediocentro y poder abarcar más terreno con el balón. Narváez debería hacer las veces de enganche para alargar del todo la posesión y poder llegar al área rival, pero para recibir siempre acababa escorado a la banda y no permitía participar en el juego a Sergio León, lo que, sin lugar a duda, era jugar con 10 cuando se sacaba el balón jugado.
7ª. Sin balón, el desorden posicional es mucho más grave, aún. Los extremos facilitaban la posesión al retrasarse como interiores; sin embargo, el problema llegaba al ceder la posesión al Barcelona, cuando Joaquín y Nahuel se quedaban como interiores, haciendo inexistente la presión en tres cuartos y permitiendo una mayor penetración del rival en nuestro campo. El fallo más grave es sin duda la forma de desentenderse de las espaldas por parte de nuestros laterales.
8ª. Adán continúa sin mejorar su juego de pies. Cuando el balón le llega, los nervios le carcomen y acaba siendo una lotería. Busca la salida más rápida e intenta hacer llegar el balón a algún jugador verdiblanco, pero generalmente no afina su puntería para ello y termina por ceder la posesión al rival, algo que ellos, claramente, conocen e intentan aprovechar en todo momento.
9ª. La teoría que intenta promulgar Setién es sumamente buena, pero la práctica deja mucho que desear. El punto más desapercibido que se dio el pasado domingo fue la falta de ideas en ataque que mostró el conjunto bético. Cuando, muy lentamente, se logra llegar al área contraria, aquel que posee el balón no encuentra apoyos o desmarques por delante y termina por girarse y retrasar la pelota, que poco a poco sigue retrasándose y vuelve a los pies de Adán. Se trata de un bucle que acaba por ceder la posesión al rival y que no permite provocar ningún tipo de peligro.
10ª. La estrategia a balón parado es nula en este equipo. Es totalmente comprensible que el míster quiera plasmar su idea de juego completa en los jugadores, pero desentenderse de las jugadas a balón parado de esa forma no se puede permitir. Las pocas faltas cercanas al área o saques de esquina que logra el Betis a su favor se convierten en eventos azarosos que consisten en colgar el balón y quien pueda, que remate.
11ª. Javi García es imprescindible para este Betis y es urgente que llegue al 100% de su rendimiento. En los poco más de veinte minutos que estuvo sobre el vede, demostró que su oficio es destruir y construir desde la base, algo que se le da bastante bien. Además, es capaz de recomponer al equipo en cierta medida y ordenar el mediocentro lo máximo posible, con un mero buen posicionamiento.
12ª. La perla de esta temporada es sin duda Fabián. Ha demostrado merecer un hueco en este equipo, y necesita sendos minutos. Siempre activo en tareas defensivas con tremendo desgaste, posee una enorme visión de juego y suministra una correcta gestión del balón. Además, se mueve decentemente en el terreno de juego y cubre muchas zonas del mediocentro. Es la gran competencia que tendrá durante la temporada Víctor Camarasa, y la buena irrupción del canterano bético podría — y debería— provocar la caída del once del valenciano.
13ª. Joaquín siempre deberá jugar en este Betis y eso es indiscutible, pero debe cambiar su rol con urgencia. Escasa velocidad que, como extremo que parte, no le permite bajar a defender y volver rápido a su posición, lo que se convierte en una resta en conjunto a la hora de protegerse contra el rival.
14ª. Por último, es destacable la mejora de Mandi en cuanto a su contundencia defensiva. Cortó muchas jugadas y pases del rival que pudieron acabar fácilmente en goles y no perdió mucho la posición. Aun así, debe seguir mejorando en cuestiones tácticas, pero sin lugar a duda, junto con Feddal, mostró el domingo su mejor versión.
