El esquí es un deporte de montaña que puedes disfrutar, tengas la edad que tengas. Es una forma de practicar deporte de manera integral que te puede poner en forma de una manera divertida, en compañía o a solas. Sin embargo, no siempre es fácil comenzar a practicar esquí: hay que saber usar el material, usar la ropa adecuada, saber lo básico para disfrutar de este deporte… Aprender, en definitiva. Con un seguro de ski todo esto será mucho más rápido.
Uno de estos seguros te puede ser de gran ayuda y te puede reportar grandes ventajas. Por ejemplo, te puede cubrir los daños corporales que podamos sufrir durante nuestra travesía siempre que no ocasionemos daños a terceras personas. Tendrás un servicio médico integral y podrás recurrir a él siempre que quieras. ¡Incluso te rescatarán en helicóptero si sufres cualquier incidencia! Algunos incluso te pueden dar dinero si pierdes el equipaje, si tu equipo de nieve se estropea o si no puedes asistir a alguna clase que tuvieras concertada. Por último, te ofrecerá un plan integral de actividades en la nieve.
¿Qué necesito saber para comenzar a esquiar?
Hay muchas variables que entran en juego a la hora de esquiar. Lo primero, y fundamental, es que escojas un buen día para esquiar en el que las condiciones meteorológicas sean favorables. Si no disfrutamos esa primera toma de contacto con el esquí, puede que no lo practiquemos más y que nos privemos de un deporte integral. Es importante también que vayamos descansados y bien comidos para abordar una intensa y cansada jornada de nieve con toda la fuerza posible: la adrenalina que soltemos puede hacer que no nos encontremos bien si no estamos bien preparados.
Además, es fundamental que llevemos un buen equipo y ropa que nos proteja de cualquier golpe contra la fría nieve. Por ello, no puedes esquiar sin guantes, pantalones y chaqueta especiales, gafas protectoras de los rayos del sol… Y crema solar que te proteja de los rayos UVA. En un sitio tan alto como es una montaña, la radiación incide más en la piel.
Por último, dos consejos más: necesitas contratar un profesor que te acompañe en tus primeros pasos en la nieve para que te oriente y te dé las claves de un patinaje de éxito. Y no abuses: si estás cansado, aunque estés muy motivado, lo correcto es que descanses para que puedas seguir disfrutando del esquí los días que te queden en la pista. ¡Ah! Y no te olvides de las cadenas de nieve para las ruedas de tu coche. Sin ellas, puede que tu coche no pueda circulas por las carreteras, muchas veces nevadas, cercanas a las pistas.
¿Dónde puedo esquiar?
En la Península Ibérica hay muchas zonas de nieve para poder esquiar. Se dividen por áreas geográficas y según la orografía. Algunas pistas de renombre son Baqueira Beret o Vall de Nuria en el Pirineo Catalán, Formigal o Panticosa en el Pirineo Aragonés, Navacerrada o Valdesquí en el Sistema Central, Sierra Nevarra en el Penibético y La Pierre Saint-Martin en el Pirineo Francés.
El esquí y sus modalidades
El esquí es un deporte que entraña varias modalidades diferentes. Está, por ejemplo, el esquí alpino, el más extendido y famoso, que se centra en que el usuario descienda un camino marcado con balizas en el menor espacio de tiempo posible. Este incluye, a su vez, otras modalidades, como descenso, eslalon y el eslalon gigante.
El esquí de fondo es otra alternativa. Es parecido al anterior solo que se practica en terrenos llano. El esquí de travesía puede parecer más atractivo porque es la variable más “aventurera” del esquí. Se trata de hacer un recorrido que entrañe el ascenso y descenso de un pico o la culminación íntegra de una travesía previamente establecida. No obstante, siempre podrás quedarte en la pista de esquí y hacer un recorrido libre con saltos y acrobacias si alcanzas un cierto nivel.
El esquí es una manera de disfrutar con la familia, los amigos o incluso consigo mismo. Podrás conocer mejor a quienes te rodean mientras haces deporte. ¿A qué esperas?