“¿Nadie va a interesarse por ayudar a un buen número de clubs históricos que se debaten entre la vida y la muerte? ¿Alguien amante del fútbol puede, sin más, “dar de baja en el estadillo”, a equipos, ciudades o comunidades que han representado tanto en el fútbol español moderno?”
Con esta pregunta empieza un nuevo comunicado de Augusto César Lendoiro, expresidente del Deportivo de A Coruña, que titula utilizando letras mayúsculas en la formación de todas las palabras, con la siguiente frase: “MURCIA, HÉRCULES, ELCHE, RACING, MALLORCA, RECREATIVO… ¿A NADIE LE DUELE QUE VARIOS FUNDADORES DE LALIGA PUEDAN DESAPARECER?”.
Bajo ese título, Augusto César Lendoiro, le endosa un duro palo a los actuales rectores de laLiga y a los presidentes de los equipos de Primera y Segunda, otrora amigos y colegas, acusándolos de mirar para otro lado mientras los clubes más modestos se desangran por sus deudas acumuladas con Hacienda. Ante las dificultades para hacer equipos competitivos y manejarse con dificultad a la hora de pagar al fisco, estos clubes se descalabran de descenso en descenso por los peldaños de la competición nacional. Lendoiro les pide solidaridad a los clubes de Primera y Segunda. El ex dirigente clama apelando a los sentimientos para que los “ricos”salgan en auxilio de clubes históricos, muy arraigados en ciudades emblemáticas españolas, y que fueron en su día señas de identidad del fútbol español. Alicante, Murcia, Santander o Mallorca son las ciudades que menciona en su comunicado. No hay rastro de A Coruña, si bien es cierto que el equipo de la ciudad herculina, por ahora, se mantiene en Primera lo que le permite sobrevivir, aunque la monstruosa deuda que dejó en las arcas siga latente. Lendoiro pide solidaridad a los grandes clubes para salvar a los pequeños, y sostiene que lo pueden hacer porque tienen unos contratos de televisión tan altos, que la situación se lo permite. “No parece lógico que, cuando el sector del fútbol profesional, después del maná televisivo, nada en la abundancia, mire para otro lado cuando ve inminente la desaparición de clubs que son historia viva del más que centenario fútbol español. Por eso, si conseguimos frenar el grave riesgo que aqueja a estos y a otros clubs, comenzaremos a pensar que el fútbol es un sentimiento que no sólo une a los seguidores de cada entidad, sino que supone un sentimiento solidario entre Clubs, como lo fue el de los pequeños con los grandes en el Plan de Saneamiento de los 90. Ahora son los grandes los que tienen que salir a salvar a los pequeños que están en peligro de muerte”, apunta el ex mandatario blanquiazul, que hace unas semanas sugirió que la Liga tendría que convertirse en “el banco del fútbol” para ayudar a los clubes en dificultades y así poder ponerse al día con Hacienda.
Comunicado de Lendoiro.
El que fue máximo dirigente del club coruñés, eregido como líder de los clubes modestos en la famosa cumbre de Toledo en la que Lendoiro lideró con habilidad la negociación del primer maná televisivo, vuelve a ponerse en el papel de salvador de los modestos. Con un matiz, que ahora Lendoiro ya no es el actor principal. Entonces, su opinión y su peso en el fútbol sirvió, primero, para fabricar al Dépor campeón de Liga, y después para hacer una Liga más fuerte y competitiva al conseguir que el dinero de la televisión no acabase siempre en el mismo bolsillo. Ahora, vuelve a aparecer en escena como defensor del fútbol de los modestos, de los humildes, proponiendo a los profesionales y dirigentes del balompié actual, con una solución que implique un nuevo reparto, mientras las deudas acechen a los clubes. Y es que el ex líder de la Liga cree que se juega a los dados con los clubes, algunos ya caídos al pozo de la Segunda B y otros desaparecidos o completamente olvidados. “Al tiempo que el miércoles nuestra Selección colgará el cartel de “no hay entradas”- escribe Lendoiro– en La Nueva Condomina, lo que habla muy a las claras de la futbolera región murciana, a menos de un radio de cien kilómetros, tres históricos, como mínimo, se juegan la vida a la caída de los dados, mientras muchos de sus compañeros-rivales asisten impasibles a esa extremaunción, sin percatarse que a ellos puede sucederle lo mismo el próximo año”.
Lendoiro recuerda a quienes le quieren leer que “si el fútbol es un sentimiento, y nadie duda que así sea, ¿pueden los clubs “no sentir” que están abandonando a su suerte, entre otros, a históricos que fundaron La Liga? Me refiero a entidades que en 1984-85 crearon la LNFP, integrándose en la División de Honor -caso del R. Murcia, Hércules, Rácing, Elche…- o en Segunda División, supuestos del Mallorca, Recreativo… La vida para unos depende de un difícil ascenso a Segunda… y para otros de un milagro”, vaticina.
Para Lendoiro, los equipos que se han quedado en Primera y Segunda División, por méritos deportivos, no están siendo solidarios con aquellos clubes de carácter histórico del fútbol nacional, y que como consecuencia de sus dramáticos descensos ahora caminan sin freno hacia la desaparición. Uno de los hombres que tuvo en otro tiempo un inmenso poder en la Liga española, sobre todo entre los equipos más humildes, critica a los clubes de las dos máximas categorías, y al ente privado al que deben su organización, por no tener sentimientos ni memoria histórica. “Comienzo a pensar que es mucho más un sentimiento de los seguidores de cada club que de la organización futbolística. Estoy llegando a esta conclusión cuando observo que auténticos “pata negra”, incluído El Decano, están en trance de desaparecer sin contar con el apoyo decidido de la élite que configura la mejor competición del mundo”, argumenta.
En el comunicado pone el dedo acusador en dirección al percutor, es decir a Hacienda, que en cualquier momento podría accionar el botón que acabaría ejecutando la vida social y deportiva de los clubes, como el Hércules, y otros, que están en apuros con el fisco, si no pagan sus deudas estando como están tratando de cumplir un concurso resuelto en un juzgado.
[Sumario]
A Lendoiro, que este martes ha cumplido 72 años, le apena que algunos de esos clubes estén en riesgo de extinción cuando hace 30 años fueron los pioneros de la Liga, hoy considerada mejor Liga del mundo. “No se entendería la historia de nuestro fútbol sin las aportaciones de las comunidades valenciana, murciana, cántabra… que están a punto de perder a clubs que las han representado durante un siglo, casi siempre por sus deudas con Hacienda, inasumibles para ellos, pero de poca importancia para garantizarla la patronal y los grandes equipos que se beneficiaron enormemente de aquel Plan de Saneamiento que se pagó a escote por todos los integrantes entonces de la LNFP“, explica el ex presidente deportivista.
El Deportivo de A Coruña tiene una deuda total por liquidar de más de 90 millones d euros. Camina sobre el filo de la navaja, tratando de cumplir rigurosamente un concurso de acreedores, el más grande del fútbol europeo porque llegó a alcanzar los 160 millones de euros sin quita. Ahora, de los que más de 90 millones que debe, 50 millones de euros son sólo deuda privilegiada con Hacienda. Una deuda que se acumuló durante los más de 25 años de Lendoiro al frente de la entidad deportiva coruñesa. A pesar de ese precedente, el nombre del Deportivo o la ciudad de A Coruña no aparece mencionado en el comunicado de Augusto César Lendoiro. La deuda que se encargan de liquidar desde que se aprobó el concurso, hace cuatro años, otros gestores, que presentaron su candidatura para evitar la quiebra definitiva del club. El club herculino está cumpliendo con los pagos de la deuda, pero sigue zozobrando en un mar de inseguridades jurídicas, como la reciente sentencia del Tribunal Supremo que desautorizó una deuda ordinaria con Hacienda de más de 20 millones de euros. Esa bola creciente no para, incluso después del concurso. Una deuda que, por otra parte, tuvo como contrapartida grandes éxitos deportivos como la Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas, así como la clasificación en la Champions League durante cinco años consecutivos. En ese periodo el equipo de Javier Iruretallegó una vez a los cuartos de final de la Liga de Campeones y otro año a las semifinales, quedado a las puertas de jugar una final por un gol. En el camino, mucho antes, se dejó otro título de Liga, la que ganó el Fútbol Club Barcelona en el año 1994 gracias a la diferencia de goles entre el equipo culé y el cuadro coruñés. Que el Dépor no salga mencionado en el comunicado del expresidente sólo puede entenderse desde el punto de vista de que al continuar como equipo de Primera División, el Deportivo forma parte del grupo de ricos de la Liga, y por tanto, de los que tendrían que solidarizarse con los demás clubes que ahora están en vías de recibir la “extremaunción“. No obstante, si el Dépor perdiese la máxima categoría podría correr el mismo riesgo que los clubes ahora penitentes de seguir la suerte de resultados que les ha llevado a la Segunda B. Un hipotético descenso implicaría una reducción drástica de los ingresos de televisión, con lo que el club sólo tendría capacidad para manejar un presupuesto con más problemas económicos y deportivos que soluciones prácticas y reales. Un descenso para equipos como el Dépor puede convertirse en una condena en vida. Por eso, sorprende el olvido del club blanquiazul y de la ciudad de A Coruña del comunicado hecho público por el padre del súper Dépor.