El ex presidente del Deportivo saluda la reciente incorporación del técnico Luis César Sampedro con "optimimsmo" y se basa para sostenerlo en "la ilusión desbordante que transmitIó Luís César en sus primeras palabras como entrenador blanquiazul", palabras que, en su opinón, "suponen una inyección de optimismo de la que estaba muy necesitado el deportivismo, instalado últimamente en un pesimismo contagioso que no presagiaba nada bueno, y, al tiempo, permite abrir un paréntesis -en un momento esperanzador de una temporada que apunta a estratégica para el futuro del club- para hacer balance de la gestión del Presidente Zas y su Consejo, que, en los 100 días de cortesía, han tomado decisiones de gran calado en los aspectos deportivos, económicos, laborales y sociales", ha calificado.
En el comunicado que ha escrito hoy Augusto César Lendoiro señala que es "consciente que alguno criticará este artículo, no comunicado como alguno lo bautiza- en base a un “silencio, (¿complaciente?) que debe mantener todo ex-Presidente” … mientras, curiosamentee, pretende imponer desde el “anonimato”, y en no pocas ocasiones impone, sus ruines criterios a través de oscuras maniobras de caza de brujas que ejecutan estómagos agradecidos por favores recibidos en un pasado reciente".
La crítica de Augusto César Lendoiro se centran en esta ocasión sobre las decisiones deportivas adoptadas en los últimos meses para la confección de una plantilla de superviviencia con el objetivo de tratar de encarmarse a las posiciones que garanticen alguna opción para pelear el ascenso. "Me centraré en las decisiones deportivas, obligadas o voluntarias, tomadas por Carmelo del Pozo y refrendadas por el Consejo, porque, al no ascender el Deportivo, teníamos que dar por perdidos a Marí, Duarte y Carlos… pero otras bajas fueron decisiones exclusivas nuestras descapitalizando el club al vender los derechos federativos de los jugadores destacados. Son los casos del emergente Edu Expósito; del “regalo” de Rober Pier; de la cesión de un futbolista “distinto” en la categoría como Cartabia; de comprender en el último suspiro “las razones personales” de Pedro Sánchez, o, de sobre la bocina del cierre del mercado, conceder la libertad a un jugador de futuro como Caballo, cosa que nadie entendió", ha enumerado el ex presidente.
Capítulo aparte para Lendoiro merece la salida de Quique, el goleador del Dépor la pasada campaña, y que separa del análisis para calificar de "ridícula" la cantidad por la que salió el jugador de las filas del cuadro deportivista. "A estas bajas, todas ellas de gran calado deportivo, se uníó la que para mí supone una pérdida clave para el equipo. Me refiero a Quique, un jugador que, a pesar de las ofertas de Primera, deseaba permanecer en Riazor y que salió por un ridículo beneficio de 1,7 m/€, cuando se trataba de un delantero que con sus 15-20 goles nos acercaría, y no poco, al objetivo del ascenso, por su acreditado olfato goleador y por su contagiosa solidaridad defensiva".
Las críticas de Lendoiro señalan al director deportivo a renglón seguido al poner el ojo sobre la columna vertebral del equipo. "Nada se cumplió. Ni siquiera la pequeña ilusión, dice que “para despistar”, que crearon las palabras del señor Del Pozo de “intentar mantener la columna vertebral del equipo 2018-19”. Una especie de tsunami asoló a los indiscutibles todo el año para Natxo y Martí. No sólo hemos perdido la “columna vertebral” (Marí, Duarte, Expósito, Quique, Carlos), sino también las “extremidades” (Cartabia, Pedro, Saúl, Caballo). La cierto es que del “cuerpo 2018-19” tan sólo nos hemos quedado, y debemos celebrarlo, con la “cabeza” (Dani) y con el “corazón” (Alex)".
Razones que, en el análisis de Lendoiro, son inseparables del análisis del rendimiento de resultados obtenidos en el arranque de la competición y que han motivado el despido de los últimos tres entrenadores del equipo blanquiazul. "Son demasiadas bajas importantes como para no notarlas en demasía, y más si en ese cóctel se mezcla contar con cuatro entrenadores (Natxo, Martí, Anquela y Luís Cesar) en poco más de seis meses, cifra que ignoro si será récord de España -quizá lo ostente Jesus Gil- pero no me negarán que se trata de una muy buena marca".
El expresidente herculino cree que sin ascender a Primera, en donde está el maná televisivo que mengüe los problemas económicos de la entidad, la supervivencia del club es complicada. "Mi preocupación no es perder la categoría, cuestión que ni me planteo, ni alcanzar un lugar cómodo en mitad de tabla. Nuestra necesidad básica es ascender, bien de forma directa -objetivo más que complicado- o a través del play off -aunque para ello tengamos que batir otro récord: nadie ascendió con 8 puntos en la jornada 10- pero si o si tenemos que ascender para no convertirnos en un equipo más de los 22 de la categoría de plata y de nuevo revivir el calvario de los años 70 y 80", ha afirmado.
El artículo de Lendoiro sale a pocas horas del viaje que el Dépor emprende a las islas Canarias, en donde se encontrará con uno de los rivales más duros de la categoría y que en este instante se encuentra en racha: la Unión Deportiva las Palmas. Para Lendoiro este partido es el del "último tren para el ascenso. Hay que cogerlo y creer que es posible el objetivo, a pesar de los antecedentes históricos demoledores, que nos llevan al dato escalofriante de la temporada 1978-79 en la que, con los 8 puntos actuales, después de la jornada 10, el Deportivo descendió a Segunda B", ha recordado. "Ese tren tenemos que cogerlo aunque sea en marcha o de pie en el estribo, por muy peligroso que sea -como lo hacíamos de chavales al subirnos a los “Siboney”, esos tranvías que te llevaban de A Coruña a la preciosa villa de Sada- porque es decisivo ascender".
Lendoiro espera que de las palabras de presentación del actyal técnico renazca la ilusión y sobre todo supongan la siembre de una buena cosecha de puntos, para alejar primero al Dépor de las posiciones del descenso, y segundo para relanzar las aspiraciones, ahora perdidas, de conseguir una plaza que haga soñar con el ascenso. "Pienso que las palabras de Luís César han espoleado al deportivismo. A mi me encantaron porque ha conseguido ilusionarnos a los decaídos aficionados blanquiazules, pero aprovecho para jurarle a más de un medio que lo del César de don Luís Ángel, no significa que sea familiar mío, no vaya a ser que al pobre, por la coincidencia, lo sentencien de antemano, aunque todo indica que, en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, no va a ser así".
Despide Lendoiro su artículo con mensaje a Paco Zas, el hombre que ahora ocupa la presidencia del Deportivo. "Deseándole el máximo acierto en sus decisiones al Presidente Zás. Sus éxitos será nuestros éxitos, los del Deportivo, y por eso le pido que convierta en realidad sus propias palabras de actuar con entera libertad. Que abandone esos nefastos asesoramientos que llegan desde Sabón, A Zapateira e incluso desde la Plaza de Pontevedra y Abegondo. Que no lo equivoquen más. Unos y otros nos han demostrado -los primeros que son la lacra histórica del club y los demás en los últimos años y en el presente del Club- que de fútbol saben más bien poco … por no decir nada. Que le recuerdo que “el que firma, panda”, por lo que su rúbrica refrenda, y le hace responsable, también de las decisiones de los directores, sean éstos deportivos, generales, económicos o sociales. Y que no dude que, como Presidente, tiene todo el derecho a equivocarse, igual que hemos errado los anteriores en numerosas ocasiones", ha argumentado.
Por último, explica que "el deportivismo está convencido que el Presidente Zas se ha, o lo han, equivocado en quienes eran los verdaderos culpables del desaguisado en el club. Hace más de un año escribía al Presidente Constantino Fernández que había que “deportivizar al Depor”. Hoy la situación es mucho peor. Se ha despedido a grandes profesionales, y a mayores deportivistas de pro, como Martin Acero, Sergio Patiño, Mónica Ferreño, Tito Ramallo, David Sánchez…; nos hemos quedado sin dirigentes deportivos gallegos en el primer escalón del organigrama técnico y prácticamente sin jugadores de la cantera; se ha roto la ejemplar distribución accionarial; ahora incluso tenemos rayas horizontales en la camiseta… La verdad es que se nos hace difícil reconocer a nuestro Deportivo…".
La última frase de Lebdoiro en su último artículo es pare recordar que "menos mal que siempre nos quedará Alex Bergantiños", actual capitán del equipo blanquiazul.
