La primera parte frente al Puebla en la gira que el cuadro de Rubi realizó por México evidencian que los problemas defensivos del año pasado aún no se han solucionado. Estos errores, los cuales vamos a exponer a continuación con distintos fotogramas, son constantes partido tras partido, si bien el cansancio físico acumulado y el jugar a 2.200 metros de altitud lo acentuaron aún más y pudimos ver con claridad qué le falta a este equipo.
En pretemporada Rubi ha incidido mucho en que los laterales deben juntarse a los centrales en la línea de cuatro, si bien eso debe venir acompañado de un sacrificio defensivo de los extremos que con Setién -en línea de cinco atrás- realizaban los carrileros. En varias imágenes observamos como las bandas del Betis se convertían en auténticas autopistas para el equipo rival.
Emerson en muchas ocasiones se veía venir hasta tres futbolistas que, como es lógico, le sobrepasaban con bastante facilidad. Y es que ese trabajo defensivo de ayuda que se le requiere a los extremos fueron inexistentes por parte de Joaquín y Tello en sus respectivas bandas.
Junior también sufrió por su banda la no ayuda de Cristian Tello, lo que provocó que muchas ocasiones vinieran por su banda izquierda. Sumado a que el recientemente campeón de Europa sub-19 apenas llevaba unos entrenamientos tras sus vacaciones, el de la República Dominicana se vio excesivamente sobrepasado una y otra vez. También hubo errores exclusivamente individuales o de concentración. Como ocurrió en el partido frente al Oporto, en el que el gol llegó en una jugada en la que Calderón se abre antes de tiempo -error que señaló Rubi en rueda de prensa-, a Emerson le pasó exactamente igual en el primer gol del Puebla.
Por otro lado, el preparador catalán dibujó por primera vez un 4-2-3-1 con un doble pivote formado por William Carvalho y Guardado, centro del campo superado en todo momento. Ninguno de los dos es ese 5 posicional que guarda la posición y ayuda defensivamente. En algunos fotogramas vemos como la distancia entre el portugués y el mexicano es abismal. Descolocados, el centro del campo se convirtió en una zona de comfort para el Puebla, pues a las espaldas de los mediocentros encontraban líneas de pase con excesiva facilidad.
El Betis salía a una presión inútil. Y es que sin físico es imposible. Una mala presión, descoordinada y tarde solo puede ser contraproducente. Si el físico no da, el equipo debe replegar y juntar líneas… pero no lo hizo. El concepto lo tenían claro: si uno sale, el otro se queda. Cuando Carvalho iba a la presión, Andrés Guardado guardaba la posición y viceversa. Sin embargo, ni uno llegaba bien a presionar al rival ni el otro a recuperar su posición, lo que se convirtió en una descoordinación de ambos y un desorden perfectamente aprovechado por los locales.
Se afianza la defensa en el balón parado
A pelota parada observamos como la idea del marcaje al hombre con dos futbolistas que actúen de líbero para atacar el balón al primer palo coge cada vez más protagonismo. En este caso que exponemos, William Carvalho y Joaquín cumplirían dicho rol.
Estos están siendo algunos de los errores que están cometiendo los jugadores del Real Betis desde inicios de pretemporada. Si observamos otros partidos anteriores vemos como el patrón se repite: extremos que no defienden cuando los laterales se cierran, un medio del campo ampliamente sobrepasado por la inexistencia de un pivote posicional y, en definitiva, una enorme fragilidad defensiva. Estos errores podrían ser una evidencia del cansancio físico que arrastran los futbolistas, quienes en estos momentos están contando con dos días libres de descanso. El próximo partido, el domingo día 4 de agosto en Marruecos frente al Raja Casablanca.
