Nunca fue tan acertado un lema y la presentación de las nuevas camisetas del Dépor, como el que eligió el equipo de comunicación del club, allá por el san Juan de 2018. Lume!, traducido al castellano Fuego! Si fue un hechizo, funciona!
Porque es imposible pronosticar un final de temporada como el que está viviendo la afición deportivista, donde la cuadratura del círculo se va a cerrar en este san Juan, justo un año después.
La eliminatoria tomó ventaja en Riazor en una noche meiga. Uno ya no sabe si atreverse a decir si con flor o no. Van tantas en los últimos encuentros de los herculinos, que, en realidad, parece que los de Martí, o Paco Zas, el nuevo presidente del club, compraron un campo de flores, y de todos los colores y variedades. Con campo de margaritas o sin él, lo cierto es que el único que mereció la victoria en el partido de ida de la promoción fue el Dépor. Una victoria justa y por un resultado ajustado, aunque bien pudo caer un tercero tanto si los deportivtsaas fuesen un pelín máis ambiciosos o certeros.
Se hablasiempre de la importancia de las dinámicas positivas. Desde el penalti en el último minuto al Mallorca en Riazor, hace casi un mes, donde el Dépor hizo catarsis, cambió de piel y se transformó en un equipo sólido, correoso, con huella y fiable. El grupo volvió a ser verdaderamente un equipo. Unido sobre el terreno de juego, sin fisuras y sin hacer la guerra por su cuenta. En esa labor, fue fundamental el papel de José Luis Martí.
Martí precisaba tiempo, hacer su propia auditoría interna del equipo, su pretemporada particular, para hacer la elección de los hombres con los que iba a repartir el título de protagonistas, y cómo tenían que representar sus funciones. Martí, que como futbolista fue capitán en el Mallorca en el año 2015, es el primer líder en el vestuario coruñés. Está muy cerca de los jugadores, más como futbolista que como técnico. Y, sobre todo, consiguió algo muy valioso: que los jugadores confíen en sus decisiones. Tiene un crédito enorme. Y sus pupilos le están devolviendo intereses con un enorme saldo futbolístico a favor.
Ante el Mallorca, el Dépor comenzó como lo solemos ver: sin convencer. Aguantando los golpes, pero contrarrestando poco al rival. En esta fase de campeonato donde las piernas pesan toneladas, el Dépor esperó el desgaste del rival, amén de las tácticas. Lo cierto es que el Mallorca peinó el peligro con escasa contundencia, pero suficiente para meterle algún susto en el cuerpo. Duró casi media hora.
Pero el equipo de Martí es un motor diésel, que va de menos a más. Porque a medida que fueorn cayendo los minutos, los blanco y azules van creciendo. Una señal del alineamiento, y del fuerte convencimiento que existe en el cuadro de jugadores, con Martí se puede ver con Fede Cartabia. Su temporada estaba siendo mala, porque de él no se espera discreción sino protagonismo. Martí rescató del abismo futbolístico al argentino y reconstruyó al mito. Lleva tres semanas en las que Cartabia volvió a cobrar toda la importancia que se espera de él. Si no es marcando, es desequilibrando o enviando una asistencia letal. Ante el Mallorca fue el culpable de cambiar el partido. Sacó del baúl a guante de seda que calza cuando siente la inspiración, y aprovechó una falta con escaso ángulo para marcar un gol magistral, uno de los mejores de su carrera, y uno de los goles que bien puede subir al escalafón de los grandes goles de la historia blanco y azul.
A partir de ahí, el Mallorca se comenzó a desarmar. Minutos después se produjo una jugada definitiva. Una entrada brutal, al tiempo que fortuita, de Pedraza a Álex Bergantiños congeló a la grada, a los futbolistas y a todo quisqui. Quedó petrificado sobre la hierba. No movía una pestaña. Y la sangre, además de las imágenes de televisión y de las fotografías que llegaban a los teléfono móviles, asustaban a todos. Sobre el campo, el primer impactado, y que transmitió la alarma, el autor de la accidental y violenta patada, Pedraza. Por su exagerada acción vio la tarjeta roja. Quien salió inmediatamente a auxiliar a Pedraza fue el entrenador del Deportivo. Lejos de aquel Bilardo que ordenaba a los jugadores del Sevilla pisar a los del Dépor, el técnico mallorquín en las filas del equipo coruñés tranquilizó y consoló al centrocampista balear.
Con diez, el Mallorca perdió el control del partido. Se echó al monte, practicando un fútbol violento por el que cobró varias tarjetas, olvidando y dejando a un lado que saben jugar al fútbol. A Vicente Moreno solo le quedó minimizar los daños colaterales cambiando el plan para el resto del encuentro. Salir lo menos dañado posible de Riazor para tratar de defender una remontada en Son Moix.
El Dépor pudo sacar más tajada de esta situación, pero fue más prudente que hábil. Algo incisivo, pero poco contundente. Pedro Sánchez y Carlos Fernández pudieron liarla. Pero fue Quique el que recolectó la flor definitva de este partido del jardín particular del equipo de Martí. En una jugada en la que volvió a aparecer el arte de Fede Cartabia para colgar un balón que pasó de cabeza Carlos Fernández a Quique que, de chilena!, tocó el balón a la puerta justo por un pequeño hueco entre un central y el portero Reina. El cuero cayó dentro del marco, con espacio sobrado para ser gol. Pero este no pudo celebrarse hasta un minuto después, previa consulta al línea que llamó la atención del colegiado con la banderola erguida. Ambos coligieron el gol. El segundo.
Le faltó ambición los herculinos para ahogar definitivamente el partido. Ahora al Dépor le toca manejar la renta. Perder de uno, o por uno, o cualquier empate le vale para quemar en la noche de san Juan todas las pestes que deja la temporada y aprovechar las flores cosechadas en las últimas semanas para poner a remojo en agua, en una baldeta, en la noche de san Juan, como manda la tradición.
Estadio de Riazor
Partido de Ida final promoción de ascenso
RC Deportivo vs RCD Mallorca
20/06/2019
Titulares Deportivo: 1 Dani Giménez, 3 Saúl, 4 Álex Bergantiños, 6 Domingos Duarte ,7 Quique, 11 Fede Cartabia, 12 Michele Somma, 15 Pedro Sánchez, 18 Carlos Fernández, 21 Edu Expósito, 24 Eneko Bóveda
Suplentes Deportivo: 13 Adrián Ortolá, 2 David Simón, 5 Pedro Mosquera, 8 Vicente Gómez, 19 Matías Nahuel, 17 Diego Caballo, 19 Borja Valle
Entrenador: José Luis Martí
Titulares Mallorca: 1 Reina, 2 Sastre, 6 Pedraza, 8 Salva Sevilla, 9 Abdón, 11 Lago Junior, 14 Dani Rodríguez, 21 A. Raillo, 24 Valjent, 30 Estupiñán, 41 Leo Suárez
Suplentes Mallorca: 25 Perera, 5 Xisco, 7 Aridai, 10 A. de Groot, 15 Gámez, 22 Budimir, 28 Baba
Entrenador Mallorca: Vicente Moreno Peris
Árbitro: Trujillo Suárez (colegio Canario)
Goles: 1-0 Fede Cartabia (min. 37); 2-0 Quique González (min. 78)
Tarjetas amarillas: Suárez, (min. 45), Edu Expósito (min. 45), Sastre (min. 45), Xisco Campos (min. 45); Estupiñán (min. 52); Pedro Sánchez (min. 65); Reina (min. 78)
Tarjetas Rojas: 6 Pedraza (min. 41)
Sustituciones Deportivo: Salió Álex Bergantiños por Vicente (min. 43); Salió Michele Somma por David Simón; Se retiró Fede Cartabia y entró Borja Valle (min. 79)
Sustituciones Mallorca: Se retiró Leo Suárez y entró Baba (min. 51); Se retiró Abdón y entró Budimir (min. 62); Se retiró Salva Sevilla entró Fran Gámez (min. 77)
Incidencias: 29.363 espectadores
