El Madrid ha vuelto a perder en la competición doméstica, esta vez en Mestalla frente al Valencia. Esto deja constancia, aún más, de que Zidane debe liderar una gran revolución dentro del vestuario.
En esta ocasión, el Real Madrid se limitó a jugar al paso, sin un balón en profundidad, mientras que los blanquinegros le implementaron una gran intensidad al choque ya que tiene a tiro su objetivo de entrar en Champions.
Marcelo, Casemiro, Kroos, Lucas Vázquez e incluso Modric se mostraron planos, muy alejados de su mejor versión. No se les puede achacar que no pelearan y buscaran algo más, pero cuando juegas andando o por lo menos sin velocidad en las piernas y en la cabeza, cualquier equipo te puede pasar por delante. Y es que el Valencia ganó por convencimiento desde el primero minuto hasta el último. Nada más le hizo falta.
Al Real Madrid le quedan por delante ocho pruebas, duras, pesadas y que solo pueden quitar y restar, ya que la Liga dejó de tener sentido para los blancos desde hace semanas. El único objetivo es dejar el orgullo madridista lo más algo posible.
Una vez terminada esta temporada, Zidane comenzará a configurar la nueva campaña que debe iniciarse con los Hazard, Mané, Jovic…que, por lo menos, ilusionen al madridismo