El sevillista se enfadó con Joaquín por subir un video en el que hacía un chiste de la reciente y ridícula eliminación de su eterno rival. Sin embargo, el fútbol y más concretamente sus aficionados tienen muy poca memoria.
El sevillista es aquel aficionado que siempre tiene al Betis en la boca en sus éxitos, incluso jugadores -recordando el episodio de Banega cantando un cántico en contra del Betis tras pasar a cuartos de final de Champions League en Old Trafford-, e instituciones como Caparrós que mandan "a ch…" a la afición bética a la salida de un derbi.
Joaquín es una leyenda por lo que hace fuera del campo. Por saber vivir con "sevillanía" la rivalidad eterna entre dos clubes y dos aficiones que futbolísticamente hablando se odian pero que conviven día a día con amistad e incluso familiaridad. Pero también es leyenda por lo que hace en el terreno de juego.
Sevillista, no se le olvide: Joaquín también es leyenda por ser el séptimo jugador con más partidos en la historia de LaLiga. Por ser, sobre el campo, uno de los líderes de su equipo con casi 38 años y por estar en el TOP 40 de jugadores con más victorias de la historia de la liga española. También, entre otras cosas, por haber vestido la camiseta de la selección española en 52 ocasiones -17 partidos más que Jesús Navas, por poner en situación-
#DATO HISTÓRICO. Joaquín Sánchez (@joaquinarte) entra al campo. Se convierte en el SÉPTIMO jugador en solitario con más partidos en la HISTORIA de @LaLiga (506, superando a Xavi Hernández con 505).
— Fran Martinez (@LaLigaenDirecto) 24 de febrero de 2019
Entre otras cosas, sevillista, Joaquín es el futbolista que ganó el último derbi. No solo cuenta chistes, también marca goles decisivos para romper rachas y también fue titular en el derbi en el que el Betis endosó 5 goles al por aquel entonces Sevilla de Montella en el Ramón Sánchez Pizjuán. Derbi en el que, por cierto, Joaquín asistó para que uno de esos tantos subieran al marcador.
El sevillista se ha pasado años pidiendo a Joaquín que cuente un chiste. En cada visita que el del Puerto hacía al santuario sevillista, la grada demandaba un chiste del gaditano. Pues bien, Joaquín por fin os contó un chiste.
Si es que además ellos mismos lo pidieron… ???? pic.twitter.com/gQ8YVFJlQV
— Juan León (@Juanle25) 15 de marzo de 2019
Y todo porque cuesta admitir el mal momento sevillista. Por no querer mirar hacia el palco a un presidente que quiere vender el club. Por no querer mirar hacia un emblema como Caparrós -el cual se ama por sus insultos y desprecios al Betis, por cierto-, que es el segundo entrenador con más derrotas en la historia de La Liga y que su máximo logro conseguido dentro del cuadro sevillista es una semifinal. Destacar también que tras su marcha se inició la época dorada de la historia del club. Y que ahora, como director de fútbol, ha hecho una planificación muy deficiente con una plantilla con evidentes carencias pagando un sobreprecio por futbolistas que no contaban para el entrenador o que están lejos de valer las cantidades que se manejan.
Por si fuera poco, Caparrós acaba de echar a un entrenador que él mismo contrató, sin ni siquiera darle un margen de una temporada para hacer un proyecto serio, para ponerse él mismo al mando del equipo. El utrerano es el encargado de llevar al Sevilla a la Champions League; el mismo que celebró un empate en el Benito Villamarín.
Joaquín es la excusa. La excusa para focalizar la ira de los rojiblancos en una figura. Una figura equivocada, pues el portuense no es el culpable de que el Sevilla retroceda año a año. Los culpables tienen nombres y apellidos. Y no se llaman Joaquín Sánchez.