Muchas veces la gloria en el ciclismo depende de atacar en el momento justo. Precisamente esto fue lo que hizo Simon Yates en la sexta etapa de la París – Niza. El británico de Orica realizó un ataque inteligentísimo a 19km de meta, en la segunda subida al Bourigaille. Henao y Alaphilippe se miraron, y Yates siguió imparable hacia la meta para hacerse con una de las victorias más prestigiosas de su palmarés.
Curioso cómo pueden cambiar las cosas: Simon Yates hace justo un año dio positivo por terbutalina (una sustancia para tratar el asma) en la sexta etapa de la París – Niza 2016, y el británico cumplió 4 meses de sanción. Un año después se impuso a todos en Fayence tras un gran ataque.
La etapa tenía el Col de l’Espigoulier de salida (9km al 5,6%), motivo por el cual desde el principio el pelotón fue poco numeroso (unas 60-70 unidades) y que hizo que la fuga tardara mucho en formarse. Finalmente, la escapada del día estuvo compuesta por José Herrada y Anacona (Movistar), De Marchi (BMC), Domont (AG2R La Mondiale), Valgren (Astana), Swift (UAE Abu Dhabi), Chavanel (Direct Energie) y Sepúlveda (Fortuneo Vital Concept).
A 50km de meta, en la primera subida a Bourigaille -los kilómetros finales de etapa discurrían por un interesante circuito con la combinación puerto + muro-, atacó Contador en busca de la épica. Su movimiento lo siguieron Henao y Dan Martin, pero poco después fueron neutralizados. En esa misma subida, De Marchi y Sepúlveda aumentaron el ritmo y se marcharon de sus compañeros de fuga.
Los aventureros fueron cazados a 21km de meta, con un trabajo demoledor de Sky, especialmente de Sebastian Henao y Mikel Nieve. Tras el ataque de Yates, al que nadie salió (¿por qué?), Sky y QuickStep se limitaron a tirar para llegar con pocas diferencias al muro final. Sin embargo, Yates realizó un magnífico descenso y se plantó en el pie del muro con 45” respecto al pelotón, ventaja suficiente para alzarse con la etapa.
Una vez en el muro final, Porte fue el primero en probarlo pero no logró irse en solitario. El que sí se marcho fue Henao, quien desde abajo aumentó el ritmo y siguió hasta arriba absolutamente desencadenado para meter el máximo tiempo posible a Alaphilippe.
El colombiano consiguió su propósito, pues metió 12” al francés y se sitúa a solo 46” en la clasificación general (a falta de la etapa reina de mañana y el circuito del domingo en Niza). Sorprendentemente, Alaphilippe se quedó clavado en un tipo de final idóneo para él, y Dan Martin realizó un gran trabajo ayudándole a subir.
Para mañana, etapa reina con un gran encadenado: Col Saint-Martin, coronado a 37km de meta, y nada más terminar la bajada ascensión final al Col de la Couillole. Veremos si el maillot amarillo cambia de manos.