En materia de organización, derechos, obligaciones e interpretaciones sobre la legalidad del orden futbolístico pocas personas hay en el panorama español como Augusto César Lendoiro. El ex presidente del Dépor comandó durante muchos años la llamada Liga de los modestos. A la hora de negociar contratos fue un líder que revolucionó entre otras materias los derechos del fútbol, de modo que muchos equipos modestos de la Liga accedieron a la jugosa tarta que hasta entonces sólo se repartían los grandes clubes. Durante su etapa central como presidente de una entidad deportiva consiguió que el reparto del dinero fuese más equitativo y que la lucha por los títulos en juego fuese más equilibrado, hasta el punto de que el Deportivo pudo ganar una Liga de fútbol en el año 2000. Antes había conseguido para el club una Copa del Rey y una Súpercopa. Y después de la Liga volvió a conquistar otra Copa del Rey para las vitrinas del club. Ese dinero no sólo le ayudó a ganar títulos. El maná del reparto televisivo que negoció para los clubes modestos sirvió para tratar tde acercarse lo máximo posible en presupuesto televisivo -porque en otros capítulos financieros, como merchandasing, camisetas, tiendas, museos, era imposible competir por la grandeza de marcas como Real Madrid o Fútbol Club Barcelona- a los grandes clubes españoles. Derechos televisivos que auparon a equipos como el Deportivo, durante años, a estar entre los tres primeros equipos de la competición española o jugar cinco años consecutivos en la Liga de Campeones. Otros equipos como Alavés, Sevilla, Valencia pudieron seguir el nuevo ritmo.
A Tebas, líder en muchos asuntos muy positivos para la Liga, como el saneamiento económico de los clubes, el control financiero serio y riguroso, o la imposición de un límite salarial en función de los ingresos de las entidades, ha sido también muy polémico en otros asuntos de gran trascendnecia. Sobre todo en los relacionados con los aficionados. La fragmentación de las horas y días de partidos ha sido una pesadilla con la que los futboleros tienen que convivir y que, poco a poco, ha acrecentado el desapego.
A Tebas le faltaba poner una guinda a su gestión. Ha querido emular a Lendoiro en lo de pescar en el caladero de los derechos de televisión. El presidente de la Liga, y enemigo público del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, en su idea suicida de vender todo aquello con lo que pueda comerciar de la marca de la Liga, y sin pensar que el principal sustento de la competición son los aficionados españoles que acuden a los estadios y que son a ellos a los que debe cuidar si no quiere que el fútbol se desnaturalice, ha querido convertir en negocio la internacionalización de los derechos de televisión de los propios partidos de la Liga permitiendo que ya no se jueguen en suelo español. Es decir, su brillante idea es sacar un partido de la competición nacional y vendérselo a un país extranjero, arrebatándoselo a los aficionados que podrían ver uno de esos pertidos en su estadio. En su idea de yo mando más que nadie y desoigo todo lo que me sugieran porque este es mi proyecto y mi legado y nadie me lo va a arrebatar soltó al principio el verano la bomba de jugar un partido de la Liga en Estados Unidos y durante quince años. El primero en suerte ha sido el Girona – F. C. Barcelona y el escenario en donde se jugará, si nadie lo impide, es en Miami.
A principios de octubre, Augusto César Lendoiro, advirtió que tal idea sería una locura desde el punto de vista legal. "De una vez por todas la Liga tiene que asumir que, sin la aprobación de la Asamblea de la RFEF de los artículos afectados, es imposible que se pueda disputar el Girona-Barcelona en otro campo que no sea Montilivi, sea en EEUU o en España. Lo prohíbe la ley. Por eso Rubiales ha marcado ya su territorio y le ha prohibido a Tebas acceder a su “finca” (RFEF) porque carece de derecho “de paso", afirmaba el ex presidente deportivista.
¿Pero a qué artículos se estaba refiriendo Lendoiro cuando denunciaba la situación?
La denunica del artífice de convertir al Deportivo en campeón de Liga apuntaba a dos artículos concretos recogidos en los estatutos de la Federación Española de Fútbol. El 204 en relación con el 205 del Reglamento General RFEF. En el arículo 205, los estatutos señalan con claridad el "deber de comunicación" que consiste en que "los clubs están obligados a informar a la RFEF, con quince días, al menos, de antelación al inicio de la competición, sobre la situación, medidas, tipo de superficie del terreno de juego y posible campo alternativo para disputar aquellos partidos que fueran susceptibles de no ser jugados en césped artificial, así como cualesquiera otras condiciones, aforo y construcciones o modificaciones de sus campos. Siempre que se realice algún cambio, deberán comunicarlo, acompañando un plano a escala de la disposición del terreno de juego y sus instalaciones, después de las obras". El apartado dos de ese artículo es todavía mucho más contundente y que encajaría en la situación de llevar un partido a otro estadio. "Durante el transcurso de la temporada, queda prohibido alterar las medidas del rectángulo de juego declaradas al principio de la misma", sanciona el reglamento.
Si volvemos al artículo 204, mencionado en primer lugar, el reglamento explica de quién es la titularidad del terreno de juego, es decir, de aquel equipo que juega como local. La redacción de ese artículo también es claro. "Los partidos que corresponda celebrar a un club en su propio campo, deberán jugarse en el que tenga inscrito como tal en propiedad, arrendamiento, cesión u otro título que le permita disfrutar plenamente su uso y que hubiese designado como tal al inicio de la temporada; ello sin perjuicio de que por circunstancias especiales fuese autorizado u obligado a jugar en otro distinto". Por tanto, Tebas estaría haciendo cometer una irregularidad al Girona al alterar un mandato que está regulado por la Federación Española y que tiene encomendada la vigilancia del cumplimiento de las normas, que a su vez, de forma delegada, debe cumplir la propia Liga.
Lendoiro ante la irregularidad manifiesta del proyecto Tebas propuso una cuarta vía para que todo el mundo pudiese estar satisfecho y sacar "tajada" a la imagen de los equipos que forman la Liga internacionalizando su imagen y su valor. Opina que con que "tan sólo se modifique, en Asamblea de la RFEF, su reglamento permitiendo disputar desde 2019 un partido único en terreno neutral, bien en España o en el extranjero, entre los equipos Campeones de Liga y Copa del Rey, y así poner en el escaparate internacional lo mejor del fútbol español". Esta parece una idea mucho más razonada y que incluso tiene más valor ya que enfrentaría a dos equipos que habrían obtenido algún mérito durante la competición. El enfrentamiento justificaría un valor determinado. De hecho sería finalista, porque los equipos en liza al final de los noventa minutos obtendrían un nuevo título. La Liga ganaría visibilidad y los aficionados no se verían perjudicados ya que ese título no estaría enmarcado en el precio que pagan cuando retiran el carnet anual para ver, al menos, los 19 partidos que deben disputarsen en campo propio a lo laego del campeonato.
Lendoiro apunta más beneficios para Tebas si éste recapacita, da marcha atrás y coge su bandera. "Al designar a los participantes por sus méritos deportivos y no por el dedo del amigo, y ganan en la protección del derecho de los abonados. También ganan los clubes que gozarían de unos cachés inmejorables, evitarían un largo viaje a los jugadores en plena temporada, con jet lag incluido; conocerían la fecha exacta de celebración del encuentro y podrían diseñar su pretemporada sin sobresaltos".
Y sobre todo, si Tebas abandona su proyecto de llevar un partido de la Liga a Estados Unidos, la Liga, a cambio, a cse blinda y obtiene seguridad jurídica. De lo contrario, incumple el reglamento y el coste al que se enfrenta ante una posible demanda judicial no compensaría el negocio buscado. Lendoiro recuerda que la cuarta vía que propone "resolvería el grave problema de legalidad; eliminaría una fecha en su cargado calendario; fijaría un día concreto para ese encuentro -algo que le ha costado en estos años- y percibiría un gran beneficio económico como organizadora de la Supercopa, que serviría de importante apoyo al fútbol no profesional, por cuanto Javier Tebas ha reiterado, de forma inequívoca, que el objetivo que persigue la Liga no es económico, sino reforzar la Marca España y la imagen de nuestro fútbol". Es decir, todos ganan.
Tebas, de momento, no retrocede. Si finalmente el partido se disputa en Miami, Luis Rubiales tiene un as en la manga para tumbar a Tebas. Buscando un símil del propio fútbol, Luis Rubiales es el árbitro que tiene la obligación de aplicar la ley que tiene en la mano. Cuando un jugador se arrebata ante un árbitro, como le pasó hace unas semanas a Borja Valle, y el árbitro lo expulsa y recoge en acta el arrebato, a los jueces de competición deportiva no les queda más remedio que aplicar el reglamento. A Borja Valle le cayeron por el arrebato irrefrenable de llamar sinvergüenza al colegiado, y encima de forma reiterada, cuatro partidos. Pues bien, en el caso Miami el proyecto de Tebas es débil porque quien es juez y parte en todo este lío es Luis Rubiales. Si las relaciones entre ambos son fratricidas, como se ha comprobado por el comportamiento público de ambos, estamos ante un bidón de nepal a punto de echar al fuego. Porque ya se sabe que meterse contra los árbitros, los jueces, es llevar las de perder siempre.