No hay mejor noticia que la recuperación de un jugador. Además, si a eso se le suma que el que se recupera es Messi, la alegría es doble.
El argentino se lesionó el pasado 20 de octubre ante el Sevilla en el Camp Nou, dejando un hueco enorme e insustituible. El aficionado culé era escéptico respecto al futuro, ya que su mejor hombre se alejaba de los terrenos de juego al menos unas tres semanas. En el horizonte, además del partido ante el Sevilla que en ese momento lo ganaba ya el Barcelona 2-0, estaban Inter, por partida doble, y el Clásico.
Más allá de ese posible escepticismo inicial, el Barça supo rearmarse bien sin su máxima figura, tal y como sucedió los dos meses que estuvo en el dique seco en otoño de 2015. Entonces, aún estaba Neymar para echarse el equipo a la espalda y olvidar, al menos por un momento, la ‘messidependencia’. Suárez, que ha sido clave en este periodo, también estuvo a la altura en ese primer tramo sin Leo.
El Barça se deshizo del Inter en el primer choque y arrolló al Madrid en el Clásico. Estuvo a punto de meter el patinazo en Copa del Rey, pero Lenglet salvó al equipo al final, al igual que Suárez en el último choque ante el Rayo Vallecano. Y es que sea como fuere, el Barcelona ha sabido a vivir sin Messi y lo ha demostrado con creces en estas dos semanas.
No obstante, el argentino ya está de vuelta y no hay mejor noticia que recuperar al mejor jugador del mundo para buscar el pase a octavos de final. El Barcelona se presenta con todo en Milán, sabedor de que un punto le mete en la siguiente fase.
En frente aguarda el Inter de Icardi, segundo en el Calcio, solo superado por la Juventus de Cristiano. Los de Spalletti, que se encuentran en un gran estado de forma, buscarán la victoria ante el Barcelona para rehacerse de la ida y, sobre todo, para seguir con opciones de acabar como primeros de grupo.