Decía Adrián Campos que en aquella primera época todos nos enamorábamos de Fernando. Porque cada vez que salía y hacía de las suyas en pista nos cogía enteros y ya no nos soltaba. Todo ello ya a muchos en parte de sus inicios en esto del mundo de los coches, de este circo de leyendas hambrientas, pero sobre todo en los días que empezó a deslumbrar al resto en aquel Minardi negro, de fondo de parrilla, lejos, incluso, de los coches más cercanos.
Por eso Alonso siempre fue un piloto especial. Siempre fue de hacer antes lo que otros no sabíamos ver… o no tanto. Quizás porque en base a eso se formó para ser el mejor. Y no bastaba sólo con serlo, si no que había que creérselo.
Hoy, ese joven que debutaba hace 17 temporadas con sólo 19 años, recuerda a actuaciones tan memorables como la que hizo vivir en este circuito de Hungría, las de Brasil, las de Japón, la vivida en Valencia, la mejor de las mejores para muchos, la de la emoción bajo su público en la Ciudad de las Artes, a cuando el niño inglés lloró en la casa del español por verle ganar brillando…
Tras todos esos años, el astur se encuentra hoy en un lugar de esos de espiral, donde sigue peleando para batir lo que se quiere conseguir tras 12 años de luchas continuas para hacerse con lo que tanto ansía.
Pero a veces, como para todos, suceden cosas buenas: su mira llegó un buen día cuando se hizo y se creó un distinto universo para sacar la cabeza de un planeta que se hacía cada vez más pequeño, probando las 500 millas de Indianápolis y en lo que dio para luego embarcarse en el campeonto Mundial de Resistencia con Toyota, donde se hizo a la victoria de las míticas 24 de Le Mans. Su sueño cumplido.
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Todo eso sucederá ahora en vivir entre victorias o abandonos, entre mareas azules que fueron o amigos y compañeros que siempre estarán, vivir entre el deseo de continuar luchando, trabajando, peleando como siempre y más para lograr el sueño del tercer titulo, la esperanza, o decir adiós y gracias por lo vivido.
Está en sus formas; las de ser el piloto que se conforma con lo que tiene-que así pocos pueden decirlo-, o la de retomar nuevos caminos por los que hacer frente. Y cuando el astur pasa, sucede que todos quieren estar con él; algunos que recién llegan para contar lo que este piloto que hoy cumple 37 años hace, o los que continúan como desde el primer día para sentir lo que el chaval muestra. Así, Fernando mira, pausa, guiña un ojo a los que están ahí y hace que todo siga mientras están los que no se lo creen.
Porque miren, Alonso es un piloto que ha ganado dos títulos mundiales, ha estado a punto de ganar otros tres (en su momento, sumando números, le separaron una palma de la mano para ser hoy pentacampeón) y ha sido subcampeón otras tantas; es ese que logró remontadas de época este mismo año con un coche que está muy por debajo del nivel de la competencia, ese que de la misma forma su última pole en la Fórmula 1 se rememora a 6 años atrás, a 5 de su última victoria o a 4 de su último podio.
Que no se olvide, seguirás siendo el número 1; volverás de donde eres.. ?? pic.twitter.com/9j5Sj1oXOJ
— Jorge Majdalani (@MajdalaniJorge) 9 de julio de 2017
Por todo eso le encontró ahora un nuevo mundo dentro del automovilismo que hacen que todos estos datos cobren otro sentido. Ni mejor ni peor, sino difrerente.
También hay datos que avalan la apuesta, la suya, de subir a bordo de una McLaren que escala por volver al sitio de los mejores, pero también la incertidumbre de seguir creciendo bajo el binomio de los de Woking y los de Renault y que puedan estar en los podios o incluso ganando carreras y con coches a su media altura… si es así, el chaval seguirá luchando y será bueno para el equipo, para el resto de parrilla, para la Fórmula 1. Para los aficionados. Con todo… Si en cambio llega el momento de dejar de girar aquí, se irá uno de los mejores de siempre, el mejor de los que pelean en la actualidad y el español que más da que hablar al mundo. Lo bueno es que vaya donde vaya y le acoja quien le acoja será un afortunado como quienes seguimos viviendo sus aventuras.
Así nos seguíamos enamorando, sin soltar, con un genio loco que cumple 37 años llenos de lucha y emoción. Y a partir de aquí, que todo sea, chaval…