En un teaser sorprendente, plagado de gatos negros, guiños al mal fario y una aparición continua del número 13, se desvelaba el arma del Red Bull para esta temporada. La última joya de Adrian Newey y su equipo se ha hecho esperar, y quizá precisamente por la expectación generada no ha llamado la atención en particular a los aficionados a nivel estético ni técnico, debido a su marcado carácter continuista.
A diferencia de otros monoplazas, el RB13 no muestra un trabajo tan exhaustivo en la zona media del coche, un área en el que apenas presentan cambios. En las imágenes del vídeo se aprecia un bargeboard más propio de la normativa de la pasada temporada y un deflector lateral estrecho, que dista de los implementados por McLaren o Ferrari. Esta austeridad lleva, inevitablemente, a plantear la conjetura de que en Red Bull puedan estar ocultando información a sus rivales. Las próximas semanas de test servirán para comprobarlo.
[Sumario]
Donde sí se han producido más variaciones es en la parte frontal del monoplaza. Al igual que en su coche de 2014, en Red Bull han decidido aprovechar el bulbo de la punta del morro para crear un conducto, que previsiblemente se tratará de un S-Duct. Llaman también la atención sus pontones estrechos y su larga aleta de tiburón, que llega hasta la zona trasera, especialidad tradicional de Newey que aún no ha sido mostrada con claridad y podría albergar también algunas claves del monoplaza.
Haas y Toro Rosso no defraudan
El hermano pequeño de Red Bull ha sido el último monoplaza en presentarse antes de que mañana arranquen los test. El nuevo Toro Rosso ha sorprendido, renovando su imagen con un color azul eléctrico estéticamente atractivo. El monoplaza de Faenza ha cambiado, principalmente, su frontal, con un morro similar al de Mercedes. Horas antes veía la luz también el nuevo Haas, que afrontará su segunda temporada con un monoplaza cargado de novedades y que promete dar guerra en la zona media de la tabla.