En la previa del partido, ya avisó Jorge Sampaoli que el Eibar sería propondría un nivel de exigencia muy alto y no le faltó razón al argentino. Desde el pitido inicial, la presión del conjunto armero ahogó a la defensa del Sevilla, incapaz de sacar el balón e iniciar las jugadas de ataque como acostumbra. El buen planteamiento de Mendilíbar obligó a Sampaoli a modificar el sistema en la segunda parte y a recurrir a un juego más directo para buscar la portería de Yoel. El propio entrenador sevillista lo reconoció en la rueda de prensa posterior al enfrentamiento. Al final, se impuso la calidad y el acierto de un Sevilla que, con la mente puesta en la eliminatoria de Champions del miércoles, ante el Leicester, consiguió hacerse con los tres puntos, aun sin brillar en el césped de Nervión.
Jorge Sampaoli se ha caracterizado, desde que aterrizó en la capital andaluza, por desarrollar un fútbol ofensivo, tener el protagonismo del balón y con la consigna de buscar permanentemente la portería rival. Pero, cuando eso no es posible, también hay que saber jugar de la forma más elemental que existe. Y eso es lo que hizo el cuadro hispalense, al igual que en la jornada anterior, contra Las Palmas. N’Zonzi y Nasri eran incapaces de construir el juego del equipo, debido a que el Eibar había obstruido el centro del campo andaluz. Así que la mejor opción era intentarlo por las bandas o, e última instancia, recurrir al balón largo. Así llegó el primer gol sevillista, cuando Jovetic recogió una pelota larga que tenía como destinatario a Ben Yedder, colocó un centro al área y Sarabia remató a la escuadra.
Pero, pese al resultado a favor de los locales, la tónica del partido no varió. El cuadro vasco siguió presionando arriba, bien posicionado en el campo y obstaculizando el juego sevillista. Sin embargo, sus llegadas al área hispalense no conseguían poner en apuros a Sergio Rico. Las ocasiones de los hombres de Mendilíbar llegaban más por los errores del Sevilla que por creación propia.
Sampaoli modifica el sistema
Tras el descanso, Samapoli movió ficha. Mariano entró por Mercado y el Sevilla volvía a la defensa de cuatro, con Lenglet y Rami como pareja de centrales y Mariano y Escudero en las bandas. N’Zonzi quedó como único pivote, por delante de la defensa y Nasri subió unos metros. El dibujo del Sevilla cambió pero no así el desarrollo del partido, que siguió igual que en la primera parte.
Con el paso de los minutos, la grada comenzó a impacientarse, viendo que su equipo especulaba con el resultado. El Eibar no creaba excesivo peligro pero, ante la falta de intensidad sevillista, el empate podía llegar en cualquier momento. Pedro León y Sergi Enrich estuvieron a punto de aprovechar, por dos veces, el desconcierto generalizado en la defensa andaluza pero la falta de puntería privó al cuadro armero del gol. Sampaoli introdujo dos cambios más, Vitolo entró por Ben Yedder, que aportó poco al equipo, y Nasri dejó su lugar a Kranevitter para dar más consistencia al centro del campo y conservar el resultado.
La sentencia de Vitolo
El Eibar adelantó unos metros las líneas para intentar el empate, viendo la inseguridad del Sevilla atrás. Pero fue entonces cuando el conjunto vasco dejó espacios atrás, una circunstancia que no desaprovechó el Sevilla para sentenciar el partido en una contra de Jovetic, que acabó asistiendo a Vitolo y éste batió a Yoel. Con el gol del canario concluyó un partido que no fue brillante, en el que faltó fútbol, sobre todo, por parte de los andaluces pero que demostró una vez más que el equipo de Smapoli es capaz de ganar, incluso cuando no tiene su mejor noche y cuando enfrente encuentra un equipo como el Eibar que le pone en dificultades. Con estos tres puntos, el equipo hispalense sigue subido en el tren de la Liga, siguiendo la estela de Real Madrid y a la espera de lo que haga el Barcelona ante el Leganés.