Parece mentira que en los 90 años que lleva existiendo la Liga española de fútbol todavía haya acontecimientos que no se hayan visto nunca. Desde este miércoles, hay uno menos en esa lista. Hasta este 9 de mayo de 2018, nunca un mismo jugador había conseguido marcar un gol en la portería contraria, hacerse uno en la propia y fallar un penalti en el mismo partido. Pues bien, ya hay un jugador que ha hecho todo eso: Sergio Ramos. El Sevilla – Real Madrid de la 34ª jornada de Liga, aplazado a este día por la presencia del equipo hispalense en la final de la Copa del Rey, pasará a la historia por este motivo tan inesperado.
Todo sucedió además en la segunda parte. Corría el minuto 57 del encuentro, con 2-0 para el Sevilla, cuando el Mudo Vázquez zancadilleó con claridad a Lucas Vázquez. A falta del lanzador habitual de las penas máximas en el Madrid, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos pidió el balón. Para deleite del Ramón Sánchez Pizjuán, el capitán madridista hizo una paradinha y estrelló el balón en el larguero. En el minuto 84, Mercado se internó por la banda derecha del ataque sevillista y su centro casi desde la línea de fondo lo tocó Ramos en su estirada para cortar el pase, introduciendo el balón en la portería defendida por Casilla después de rebotar en el palo.
Y aún quedaba una situación para completar esta situación inédita hasta ahora en el fútbol español. En el minuto 94, Mateu Lahoz pitó un segundo penalti a favor del Real Madrid, esta vez por un derribo sin balón de Mercado a Theo. Ramos volvió a coger el balón para ejecutar la pena máxima, volvió de nuevo a hacerlo con paradinha, como lo había hecho en su primera tentativa, y esta sí marcó. No sirvió ni siquiera para puntuar, pues este fue el 3-2 definitivo, pero sí que permitió a Ramos entrar en la historia de la Liga de una manera que seguro que nadie esperaba.