Pero es que hasta que no se rompa la brecha que nos separa de la igualdad no hay que parar. Y si algo describe al buen periodista es por ser insistente y molestar si es lo que requiere el asunto.
Analizando un poco, la palabra más usada para los hombres es rápido y veloz, mientras que en las mujeres es soltera y casada. Actualmente el periodismo deportivo sigue sin respetar el lugar de la mujer. Los medios debaten y analizan sobre todo el fútbol masculino. No hablan a penas de deporte femenino. No se dice nada de los resultados femeninos. El fútbol femenino solo se merece el 2 % de todas las noticias emitidas. Y eso que hablamos del fútbol, que si hablamos de otro deporte las cifras ya no nos salen.
Todos estos datos se encuentran en la página web (Junta de Andalucía). El periodismo deportivo no está cumpliendo con el derecho de información a la ciudadanía, puesto que está sometiendo la información deportiva que se está convirtiendo en noticias espectáculos. El deporte es un ámbito para la vida de interés general, los valores educativos que transmite por ello los profesionales de la información tienen el deber de informar puesto que esto se convierte en modelo informativo para las futuras generaciones.
A pesar de ello las cosas empiezan a cambiar poco a poco y cada vez hay más profesionales que se enfocan en el lado humano del deporte. Este espacio es ejemplo de los valores de contenido que transmite. El resultado a esto es una gran aceptación por parte de la audiencia, ya que al visibilizar a las mujeres se las empodera, y se les da ese lugar que les corresponde.
No obstante, aún no es suficiente, lo que nos hace preguntarnos: ¿Por qué? Lo que no vende no se publica. Y tanto hombres como mujeres siguen sin consumir esta clase de deporte, puesto que aún hay personas que consideran a los hombres como superiores. No todas las mujeres son feministas, que es la teoría de la igualdad. Piensan que el hombre es superior y que tiene que responder las decisiones importantes. Por eso, este cambio va ser más lento, porque ante de llevar a cabo un cambio real habrá que tener un cambio de valores y de conciencia.
¿Cómo cambiar esto? Para empezar, habría que eliminar el lenguaje sexista en los medios y renunciar a usar el cuerpo de la mujer como reclamo publicitario.
En definitiva, un granito de arena para formar la montaña. Y puede que te guste o no el deporte femenino, pero tendrías que empezar a plantearte si verdaderamente no te gusta porque no es de tu agrado, o por la poca familiaridad que tienes hacia él, por ser ese gran desconocido que es para ti.