Tenemos que conseguir una Europa social y verdaderamente progresista, preocupada por el bienestar de sus ciudadanos.

Las mejoras en numerosos aspectos sociales en las dos principales capitales de este país, acreditan la buena trayectoria de ambas alcaldías en estos 4 años.

Tras la celebración de las generales, toca el turno de las elecciones europeas, autonómicas y municipales, con la excepción de Andalucía y C. Valenciana donde ya han tenido lugar.

Unos modelos de gobierno, el de la C. Valenciana y el de Portugal, que muestran el éxito de la colaboración conjunta de las fuerzas progresistas en favor de la mayoría social.

Un posible acuerdo del PSOE con Cs en materia económica, supondría la continuidad de las políticas del anterior gobierno del PP.

Con el lema 'La lucha continúa. Más derechos, más igualdad, más cohesión. Primero las personas', CCOO y UGT han llamado a la movilización en más de 70 ciudades españolas.

El PSOE obtuvo 7,4 millones de votos y 123 escaños, los que sumados a los 42 de Unidas Podemos, podría posibilitar la formación de un gobierno progresista.

En democracia uno de los instrumentos fundamentales que tiene la ciudadanía para cambiar las políticas, es el derecho al voto.

Los dos líderes progresistas consiguieron definir de forma más concreta su proyecto de país, ante la falta de propuestas y la sobreactuación de los dos representantes conservadores.

Me produce terror pensar en las consecuencias tan negativas que provocaría un gobierno de la derecha y la extrema derecha, para la defensa de los servicios públicos.