Prácticamente todos tenemos una misma adicción. Es una que pasa desapercibida, la cual las personas la tomamos como algo normal o inherente a nuestras vidas. Está, pero en la mayoría de ocasiones no nos damos cuenta. Esa adicción a la cual me refiero es la adicción al drama. Esto significa que en lo referente al amor o las relaciones, el drama es un factor adictivo del cual nos cuesta desprendernos o lo que es peor, no sabemos vivir sin él y nos quedamos a su lado cual caracol pegado a su hoja deslizándose después de una noche de lluvia. Y ahí no queda todo. Lo peor de todo es que nos creemos que eso es el amor y el estar en pareja. El me quiere, no me quiere, el no soy libre, no puedo hacer lo que quiero, las discusiones, ese no termino de ser yo con esa persona, y ese vacío en mi interior que siento cuando me paro a escuchar dentro de mi o más adentro, son normas del guión dramático de nuestras vidas a la cual nos aferramos y seguimos como buenos adictos que somos. Por ello, nos anclamos en una rutina de quehaceres algunos de ellos también vacíos o semi vacíos, tratando de llenar las horas como si al llenarlas se cubriera nuestro umbral de aguante, y así sucesivamente hasta el día siguiente. Este es un buen método también para no pararnos a escucharnos.
Con esto con quiero decir que no existan los dramas. Hay personas que sufren verdaderamente y que lidian con los problemas aceptando el drama de su vida y viviendo entre sus estrecheces. A lo que me refiero y ya no sé si me estoy explicando, es a estar con personas con las que no queremos, a estar en sitios en los que no queremos estar y vivir en ese estado de resistencia a casi todo dejando escapar lo que nos hace sentir bien o a las personas con las cuales nos sentimos libres, nosotros mismos. Y es que no hay nada peor que el auto boicot para seguir enganchado. Cada vez más, me encuentro con este tipo de situaciones, con amigos, conocidos o personas que se sienten así. Me gustaría que ustedes reflexionaran en su capacidad de decidir y en cuanto hace que no se divierten y se sienten libres. La libertad que es intrínseca a la persona, que se refleja como un estado del ser y no como un sencillo adjetivo, la cual se transforma en nuestra capacidad para decidir en nuestras vidas dentro de las posibilidades de cada uno claro está. Si conocen a alguien libre, agárrense no tengan miedo de esa libertad. Lo demás es puro teatro.