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Un antes y un después

Manifestación a favor de la independencia

Es uno de esos días en los que estaremos pegados al televisor, Tablet, portátil o móvil para conocer del devenir del país. Y no es para menos. Cataluña ha puesto en jake a las instituciones de este país y con ello a la vida de todos los españoles. Porque vivamos o no en Cataluña, su futuro nos importa y nos afecta. Máxime cuando en el País Vasco los nacionalistas están pendientes de lo que pasa allí para ver qué pasos dar a continuación. E.T.A. ya se ha manifestado al respecto, calladitos que estaban hacía tiempo y sólo les faltaba Cataluña para volver a dar el tiro de gracia.

Cataluña tiene que ser consciente de que viven en un país donde la unidad es un principio constitucional. Si quieren la independencia van a tener que salvar muchos más obstáculos que simplemente la Ley.

En mi opinión, Cataluña no está preparada para independizarse. Aunque es una Comunidad desarrollada, todavía le falta mucho por crecer. Y eso no se consigue en poco tiempo. Lo vemos a través de los medios de comunicación. Con el motivo de los atentados de agosto, España estuvo allí. Nos necesitaron y acudimos. Todavía nos necesitan y eso es motivo para que los independentistas reflexionen.

Durante todo este proceso, yo me he estado acordando del conflicto de Yugoslavia. Hace tiempo vi un reportaje en el que hablaban de Serbia y Croacia. Cómo eran sus relaciones en la actualidad. Me dejó desamparada. Existe un silencio real a cerca del conflicto. Pero la tensión entre Serbios y Croatas traspasa la pantalla del televisor. Es una tensión silenciosa. Pero que está ahí. Las rencillas entre ellos continúan. Eso sí, en silencio, pero que se nota en el ambiente.

Pues eso mismo, puede pasar en España. Independientemente de lo que suceda el 1 de octubre, las rencillas entre catalanes y españoles pueden durar toda la vida.

Reflexión, pediría a los independentistas. Reflexión para que se den cuenta de que es un camino sin retorno. Una ruta que acaba en un precipicio.

Por lo demás, el antes y el después de Cataluña es ya un hecho. Ahora sólo falta que el país continúe su rumbo, con o sin Cataluña.

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