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Kiko Matamoros llora a su prima hermana Almudena Grandes: “Siempre hemos sido una piña”

Kiko Matamoros, en 'Sálvame Deluxe'. / Mediaset

Kiko Matamoros está destrozado por la muerte de su prima hermana Almudena Grandes. La escritora madrileña falleció el pásado sábado a consecuencia de un cáncer con solo 61 años de edad. Esa misma noche, el colaborador de Mediaset dijo en ‘Sálvame Deluxe’ que era un día “muy triste para todos, porque todos la queríamos mucho”. “Era una gran persona”, comentó visiblemente emocionado. La relación familiar entre el tertuliano de Telecinco y la autora era desconocida para el gran público. 

La muerte de Grandes ha supuesto una sorpresa para su nutrida legión de lectores y para todos aquellos que desconocían su estado de salud. Tanto el domingo en el velatorio como el lunes en el entierro, personajes del mundo de la cultura y la política, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, acudieron al Tanatorio de La Paz y al Cementerio Civil de Madrid para rendirle un último homenaje.

Entre los asistentes al funeral, llamó la atención Matamoros, que fue acompañado de su novia, Marta López Álamo. Pocos sabían que el polemista de ‘Sálvame’ y la que fuera Premio Nacional de Narrativa en el año 2018 eran familia directa. La novelista era prima hermana de los Matamoros. La madre de Kiko y Coto y la de Almudena, “las Hernández”, eran hermanas. En una entrevista concedida a la periodista Paloma Barrientos para el portal Vanitatis, el ex de Makoke ha rememorado anécdotas y vivencias con la más intelectual del clan.

“Los dos nos apellidamos de segundo Hernández. Mi madre y la suya eran hermanas. Dos señoras guapísimas que se querían mucho. Somos primos hermanos. Los primeros años de mi infancia y primera juventud pasaba, de 365 días que tiene el año, más de 120 con ella. Vacaciones de verano y fiestas de guardar. Mis tíos vivían muy bien y tenían una casa espectacular en Becerril de la Sierra, Madrid. Pasábamos mucho tiempo allí. Íbamos a la piscina. Almudena era tres años menor que yo, y nos llevábamos muy bien. En esos primeros años años de pandilla compartíamos salidas y entradas de verano”, explica.

Matamoros afirma que, de pequeña, Almudena Grandes “iba a su bola”. “Siempre fue muy libre, como casi toda la familia. Era muy inteligente y muy divertida. Le tomábamos el pelo porque con doce años nos hablaba de Visconti, de Antonio Machado… y, claro, a esas edades nos parecía muy chocante. La considerábamos la resabiada. Intelectualmente estaba muy por encima de la gente de su edad. El resto éramos absolutamente ajenos a esas inquietudes”, recuerda el colaborador.

Kiko asegura que, ya de mayores, se seguían juntando para las celebraciones familiares. “Una vez al año nos reuníamos todos los primos. Los Hernández siempre hemos sido muy piña. Mis abuelos tenían una casa y ya nos uníamos en Navidad todos los hijos, los nietos y demás”, relata en Vanitatis.

En referencia a su trabajo en televisión, el tertuliano admite que a la escritora “no le gustaba demasiado lo que yo hacía, pero siempre fue muy respetuosa”. “Nunca hubo ningún reproche. Es más, compartíamos amigos comunes. Los líos del corazón le gustaban más a su hermana pequeña”, dice.

El padre de Diego, Laura y Anita Matamoros cuenta que se enteró de la gravedad del cáncer que padecía su prima “por el poeta Antonio Lucas”. “Hace un mes lo publicó ella en su columna. Fue todo muy rápido desde que hace un año se lo detectaron”, asevera. 

De Grandes destaca que “tenía una personalidad arrolladora”. “Era un volcán. Recuerdo la preocupación de mi tía, de su madre, que era un espectáculo de mujer, por la tendencia de Almudena a engordar. Y la llevaba a un nutricionista, el doctor Mariscal, que estaba de moda en Madrid, pero a ella le daba igual. Le gustaba comer. Los primos la vamos a echar de menos”, lamenta.

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