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Qué ver en Dubai, un oasis de lujo y suntuosidad en el desierto

Dubai

Dubai, capital de los Emiratos Arabes Unidos, es una ciudad levantada en mitad de uno de los desiertos más áridos del planeta. Un autentico oasis de lujo y ostentación. Una ciudad en permanente crecimiento. Un destino aún algo exclusivo pero que paulatinamente se va popularizando más.

Suntuosidad

Y desde luego no hay mejor perspectiva para vislumbrar tan impresionante urbe cuasi futurista que subir al mirador situado a poco más de 500 metros del rascacielos más alto del mundo, el Burj Khalifa, con 828 metros de altura y que fue erigido en tan solo seis años (entre 2004 y 2010). Pero no solo ostenta el record de edificio más alto, sino también el que tiene el restaurante, la discoteca y el mirador más elevados del mundo.

A pie de tan fabulosa construcción, en el lago que está enfrente se ubica la Fuente de Dubai, inaugurada en 2009, con sus casi 300 metros de longitud y 150 metros de altura de sus chorros. De igual manera la más grande del mundo. Durante los atardeceres y al anochecer se celebra periódicamente un espectáculo gratuito de luz, agua y sonido.

En las inmediaciones, a pocos metros, también se emplaza el Dubai Mall, un centro comercial con más de 1200 tiendas, restaurantes, cines, acuarios, una pista de hielo, sí han leído bien, y hasta una parada de metro. Dicen de él que es el más grande y visitado del mundo.

Una ciudad en dos partes

Dubai está partida en dos mitades por una ría natural salada conocida como Creek y que divide la ciudad en dos partes: Deira y Bur Dubai, los dos barrios más antiguos de la capital. Y por esa extensa ría, que se adentra aproximadamente diez kilómetros, se puede pasear  bien en barca contemplando ambas orillas de la ciudad o en pequeños cruceros que ofrecen recorridos con cena incluida.

A un lado del Creek está Deira –un barrio obrero, multicultural y comercial– donde se emplazan los más populares zocos con un exuberante mosaico de colores y olores por los perfumes y las especias, además de joyerías con impresionantes colecciones de oro expuestas en sus escaparates.

Al otro lado se emplaza Bur Dubai –origen y germen de la actual ciudad–, un barrio de estrechas callejuelas con restaurantes autóctonos, pero también con edificios y apartamentos residenciales, numerosas mezquitas y mercadillos de ropa y tejidos.

Las islas artificiales

Y a las afueras de la ciudad se halla Palm Jumeirah, una serie de islas artificiales con forma de palmera compuesta por un tronco y 17 ramas, repletas de hoteles, residencias y restaurantes panorámicos de lujo, además de un inmenso parque acuático, el Aquaventure.  

Protegiendo a esta fascinante obra arquitectónica se construyó una barrera exterior con forma de semicírculo impidiendo que la marea dañe e inunde las ramas de la palmera y, por tanto, las edificaciones allí levantadas.

La mejor forma de visitar tan exótico lugar es hacerlo en helicóptero o hidroavión, alquilando un paseo en cualquiera de las numerosas empresas que organizan excursiones de este tipo.

A poca distancia hallaremos la Mezquita Jumeirah, el único recinto de culto que abre sus puertas a los no musulmanes ya sea mediante visitas guiadas o también privadas. Junto al Burj Khalifa, es el edificio más fotografiado de la ciudad. La mezquita esta rematada por dos impresionantes minaretes ubicados a cada lado de la cúpula central.

Pero Dubai no solo son espectaculares edificios, lujosos centros comerciales, exuberantes hoteles, arena, desierto o playa. Existen dos grandes parques. Uno de ellos, en plena ciudad, es el Safa Park, con tres lagos, una zona boscosa y unas impresionantes vistas de los rascacielos.

El otro es el Miracle Garden,en las afueras a unos cuarenta minutos de la capital, el jardín de flores más grandel del mundo con replicas de estructuras (pirámides, iglús o corazones) o caminos realizados con flores. Los dos pulmones de Dubai. Remansos de esparcimiento.

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