Belén Esteban ha querido contestar a algunos compañeros de Telecinco, como es el caso de Alessandro Lecquio, y aclarar ciertas informaciones que se están dando sobe la venta del chalet que fue propiedad de su ex-representante, Toño Sanchís. La colaboradora se mostraba muy feliz, este mismo lunes, al anunciar que había logrado vender dicha propiedad y que acababa de firmar el contrato de arras. Una venta que era más que deseada ya que la propia Belén aseguró que el chalet le estaba dando más problemas de lo esperado. “Era mi ilusión contarlo y que el mundo se entere de que estoy muy feliz”.
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Sin duda, un final feliz después de haberlo pasado muy mal, tanto durante el largo proceso de compra (lo hizo en una subasta) como durante los meses que tardó en recuperar la vivienda y en los que Toño seguía viviendo allí con toda su familia. Al final, Belén desahució a su ex-representante, la recuperó y pudo venderla y ganar dinero con ella.
En “El Programa de AR” hicieron un cálculo del precio de venta de dicha vivienda, situada en el municipio madrileño de Villanueva del Pardillo. Pero Alessandro Lequio, que no tiene una gran relación con Belén Esteban, dudaba que la colaboradora ganase dinero con esta operación. Belén compró la casa en subasta por 375 euros y tuvo que gastar cerca de 50 euros en la reforma al encontrar la casa con importantes destrozos. Y la habría vendido por 650 euros. “Si ha pagado 375 euros para comprarla, a eso le unimos los 260 que aún faltaban de la hipoteca, llegamos a los 635 euros. Si además hay que suma los 50 euros de la reforma para tenerla en condiciones, más las deudas con la comunidad de vecinos y las costas de los abogados…”.
Ante estas insinuaciones, Belén ha querido responder en “Sálvame”: “Si he ganado o he perdido… Yo sé lo que hay y no tengo que dar explicaciones” Eso sí, se ha mostrado muy tranquila y solo ha querido aclarar que no adquirió la propiedad por 375 euros como se dice ni han sido 50 euros en la reforma.
Lo único que ha querido dejar claro es que el acuerdo de compra -venta ya está firmado y tanto ella, como su marido Miguel, están “muy felices” con la operación. Y todas las críticas que puedan surgir, le dan absolutamente igual. La casa está vendida, está contenta con la operación y punto.