La adaptación a la nueva normalidad deja numerosas opciones para poder seguir disfrutando de la música al aire libre.
En estas semanas de “nueva normalidad” hemos podido observar ingeniosas ideas para poder mantener la distancia de seguridad en espectáculos cuyo público es masivo, sin embargo, este último método ha disparado la opinión pública a través de las redes sociales. Por lo general, los comentarios de los usuarios son positivos, no poniendo inconvenientes a la futura repetición de este sistema.
Este martes 12 de agosto, tuvo lugar el concierto de Sam Fender, un joven cantautor e intérprete británico de 26 años ganador del BBC Sound de 2018. El conocido cantante debutó con su EP “Dead Boys” ese mismo año. El pasado año se alzó con el premio “Critics Choice Awards” y posteriormente hizo público su album “Hypersonic Missiles” con el que se posicionó como el número 1 de Reino Unido.
Ante la necesidad de reanimar el sector, todos los trabajadores del gremio se han visto obligados a organizar el público de manera que se respetasen las medidas sanitarias.
En el caso de España, hemos podido observar en numerosas actuaciones las diversas medidas para la vuelta a los escenarios. Como, por ejemplo, el conocido talent show “Operación Triunfo” reunió a 1.500 personas en el Wizink Center, incorporando como novedad más de 2.200 entradas para espectadores en streaming. Por otro lado, la primera semana de julio, el Museo de Etnología de Valencia acogió el festival “Etnomusic 2020” manteniendo su aforo con la limitación de un tercio sobre su total.
De esta forma, lo ocurrido en Newcastle, Reino Unido, se ha convertido en tendencia. El concierto del joven artista reunió a 2.500 personas como público, separadas con 2 metros de distancia entre grupos. El concierto se desarrolló en el Virgin Money Unity Arena, en Gosforth Park.
Para evitar la pérdida de visibilidad de aquellos espectadores que se encontrasen en posiciones más lejanas, la organización estableció barreras en plataformas ligeramente elevadas. Estos pequeños espacios reservados contenían sillas para un mayor disfrute del espectáculo. Los más cercanos al escenario se situaron entre vallas a ras del suelo. Además, se plantea incorporar mesas en futuros conciertos para mantener también una distancia prudencial dentro del propio círculo de amigos y/o familiares. Asimismo, se ha tenido presente el uso de mascarilla y la regularización del uso de baños y zonas de bar en el recinto. Esta disposición puede ser el comienzo de una época nueva para los espectáculos que acumulen un número abundante de espectadores.
Con el desarrollo de este espectáculo se ha podido garantizar la seguridad del público en los que a transmisión del virus de refiere y ha servido como punto de partida para demostrar que la cultura es segura.