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La Delegación Malagueña de Balonmano, pendiente de las próximas elecciones a la Andaluza.

Raúl Romero, actual delegado territorial en Málaga de la Federación Andaluza de Balonmano

El próximo 18 de julio, día en el que Málaga recordará al entrañable y genial entrenador Diego Carrasco en el primer aniversario de su
fallecimiento, se celebrarán las elecciones a la presidencia de la Federación Andaluza
de Balonmano.

A los comicios concurren dos candidatos, el granadino Antonio Rosales, presidente
desde 2008 y el almeriense, Sebastián Fernández, árbitro de la Liga Asobal. La
asamblea, compuesta por 48 miembros, elegirá al dirigente que lleve las riendas del
balonmano andaluz hasta 2024. Con posterioridad, el máximo mandatario del
balonmano andaluz nombrará a su equipo directivo y al personal de confianza, que
incluye a los delegados territoriales.
Concluye de esta forma una nueva legislatura en la que al frente de la Delegación
Territorial en Málaga ha estado, por tercera ocasión consecutiva, el popular dirigente
deportivo Raúl Romero. Un tiempo en el que el balonmano malagueño ha logrado
multitud de éxitos deportivos y de gestión, y en el que se ha situado por méritos
propios a la vanguardia del balonmano español.
Mucho antes de hacerse con las riendas de la entidad provincial, Romero ya
colaboraba con la Federación organizando diversas actividades. Impulsor y creador
de la Gala del Balonmano Malagueño hace ahora dieciséis años, su gestión deportiva
y la confianza que ha logrado granjearse en todas las administraciones, con
independencia del color político, le han valido para poner a Málaga y al balonmano
como ejemplo de gestión a nivel nacional.
La Delegación Malagueña puede presumir de tener una economía saneada. El ente
federativo ha quintuplicado sus ingresos por actividades desde la llegada de Raúl
Romero en 2008. Las administraciones públicas y las empresas privadas han destinado más de 800 euros para el desarrollo de acontecimientos deportivos de primera magnitud, que se han celebrado en la provincia durante su mandato.

La Copa del Rey Antequera 2010 fue el primer gran acontecimiento de calado con
Romero como delegado territorial. Ahí comenzó una escalada de grandes eventos
para Málaga, que culminará este próximo mes de septiembre con la Copa de la Reina
2020. Durante este periodo, la provincia de Málaga se ha situado en el escaparate
nacional gracias a un sinfín de eventos.
En noviembre de 2014, Fuengirola celebró el Torneo Internacional de España de
balonmano femenino en la primera visita del combinado nacional femenino a la provincia.

De aquella experiencia han surgido varios encuentros internacionales
clasificatorios que en los últimos años se han celebrado en nuestra tierra.

La ciudad del Torcal albergó también el Partido de las Estrellas entre España y el
combinado AJBM en diciembre de 2015, en una combinación de encuentros de alto
nivel y otros de base como Campeonatos de España, de Selecciones Provinciales y
Andalucía que frecuentemente se han venido desarrollando. En colaboración con la
Universidad de Málaga, nuestra provincia acogió el Mundial y el Europeo de forma
consecutiva (2016 y 2017). Exótica fue también concentración del equipo nacional de
Japón en la previa al Mundial 2017 de la mano de Antonio Carlos Ortega.

En el verano de ese mismo año, la playa de Sacaba fue sede del Arena Handball
Tour, convirtiéndose así en epicentro del balonmano playa español durante varios
días. Meses después la capital costasoleña se confirmaba como sede de la Copa de
la Reina de 2018. Un año y medio después se disputaba en el Pérez Canca la final de
la Copa de Andalucía.

La formación ha sido otros de los grandes elementos que se ha cuidado dentro de la
Federación Malagueña. Más de 200 personas han obtenido el título de monitor
durante este período y una cifra ligeramente inferior se ha incorporado al CTA
provincial.

Un pabellón para el balonmano de Málaga
El equipo de trabajo que encabeza Raúl Romero nunca se ha olvidado del fomento de
la cantera y ha impulsado la creación de diversas escuelas municipales, una
específica de tecnificación y la participación de todos los jugadores de la provincia en
diversas actividades lúdicas y no competitivas.

La Delegación supo encauzar y guiar la movilización del balonmano malagueño tras el
fallecimiento de José Luis Pérez Canca y el pabellón de Carranque fue rebautizado
con el nombre del genial jugador malagueño. Y, sin duda, el mayor éxito que se le
puede imputar a la extensa actividad del dirigente malagueño es la construcción y
adjudicación del Pabellón del Puerto de la Torre para el balonmano provincial, con un
presupuesto de 1.8 millones de euros. Más de una década de gestiones y
propuestas, que en breve será una realidad para el recuerdo además a un grande de
nuestro deporte, Diego Carrasco.

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