Cuando dos corazones se unen, caminan y se sienten: eso es ganar; y, cuando uno de ellos se despide, duele su ausencia, siempre mitigada por lo mucho bueno compartido. Tu muerte Luci (de nombre perverso e impronunciable), deja el mismo gran vacío, que siempre llenaste sincero y sin ambages. Estés donde estés, estás con quienes te quieren. Buen viaje!