Desde el pasado mes de mayo podemos ver en nuestros cines la nueva versión de la legendaria leyenda de los caballeros de la mesa redonda , “Rey Arturo, la leyenda de Excálibur’. La película coproducida por americanos e ingleses pone de la mano del director Guy Ritchie dos horas de entretenimiento donde se entremezclan, fantasía, magía y aventura. Con un reparto de actores a la altura del film, Charlie Hunnam, Astrid Bergès-Frisbey, Jude Law, Djimon Hounsou y Eric Bana, entre otros, ha querido dar una vuelta de tuerca a la versión más antigua de la película. Eso sí, dirigiendo su obra con su sello de identidad bien marcado en cuanto al movimiento de las escenas; rapidez, pausa, imágenes ralentizadas, tal cual vimos en su anterior película del popular detective, ” Sherlock Holmes”.
En el film, el director inglés Guy Ritchie, nos muestra a un actor Jude Law que nos tiene más aconstumbrados a personajes buenos, como el del médico colaborador del detective en el film de” Sherlock Holmes”, que al malvado tío de Arturo, Vortigern, en ésta nueva película.
El protagonista, Arturo, interpretado por el actor Charlie Hunnan al que hemos visto ya en”Z la Ciudad Perdida” o”Papillon”, vuelve a deleitarnos con su escultural cuerpo preparado para la acción.
No menos destacable es el papel de la bruja, donde la actriz Astrid Bergès-Frisbey acompaña al personaje principal durante la mitad de la película para ayudarle a confiar en el poder de “la espada Excálibur”, derrotar a su tío Vortigern y recuperar el trono que le fue arrebatado desde niño. El padre de Arturo interpretado por el actor Eric Bana se deja ver en las primeras escenas, muriendo al principio de la historia. El actor Djimon Housou líder de la resistencia Bedivere junto con el personaje de la bruja guiará a Arturo en la consecución de sus fines. En esta película ambientada en la época medieval también contaremos con la participación del ex-futbolista, David Beckham en el papel de Blackleg leader.
Los estudios de la Warner Bros han creado una película cargada de efectos especiales. La producción estadounidense reinventa un guión cargado de diálogos coloquiales lejos del encanto de las películas de época.
Dos horas de producción cinematográfica donde el espectador se pierde en una trama pobre de contenidos y un devenir de imágenes impactantes que se pueden resolver en una hora.