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La reina Sofía era conocedora de la relación entre Corinna Larsen y Juan Carlos

Corinna Larssen

Pilar Eyre ha sorprendido a todos esta mañana: Sofía de Grecia era totalmente consciente de la relación entre su marido, Juan Carlos de Borbón, y la empresaria alemana, Corinna Larsen. Y lo sabía desde hacía muchos años. No solo era conocedora de las supuestas infidelidades por parte de Juan Carlos de Borbón gracias a las informaciones que recibía por parte de otros miembros de la Casa Real, sino de la relación que vivieron su marido con la mencionada empresaria durante muchos años. Aunque Sofía llevaba tiempo sospechando sobre esta relación, fue en el año 2006 cuando logró confirmar que su marido mantenía una relación en paralelo con la ya conocida empresaria.

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En aquella época, Juan Carlos estaba tan enamorado de Corinna que se negaba a separarse de ella ni siquiera por unos días. Logró, por ejemplo, llevarla a un viaje oficial a un país como Arabia Saudí. Corinna, incluso, viajó en el mismo avión militar que Sofía de Grecia. Ambas estuvieron en el mismo recinto durante un tiempo estimado de ocho horas. Según la periodista, el rey quiso sentase al lado de su novia, cosa que no llamó la atención de ninguno de los presentes, porque el matrimonio real hacia varios años que no se hablaba y sus agendas iban por separado. La reina, en aquel viaje, se dedicó a estar presente en actos culturales, inaugurar centros hospitalarios o visitar yacimientos arqueológicos. Mientras tanto, Corinna era la fiel acompañante de Juan Carlos en todas sus actividades: desde asistir a una conferencia hasta en las reuniones con algunos de los hombres más ricos y poderosos del mundo.

En la prensa saudí se hablaba de la joven alemana que estaba al lado del monarca. Para algunos era su consejera en estrategia, otros aseguraban que era su segunda mujer, algo que no sorprendía en un país donde la poligamia es completamente legal.

Una de las personas que acudió a aquel viaje ha asegurado a Pilar Eyre: “Lo único que recuerdo es que nuestros asuntos fueron sobre ruedas y que la simpatía y las relaciones del rey nos abrieron muchas puertas”. Sobre Corinna: “Hombre, nos extrañó la presencia de la princesa, que, por cierto, nos pareció a todos muy sexy. Pero cuando vimos que la reina no se inmutaba, pensamos que era algo normal y no le dimos más importancia”.

El mayor disgusto para Sofía vendría meses más tarde a ese viaje: los premios Laureus celebrados en la ciudad de Barcelona, organizados por la propia Corinna porque el creador de la famosa fundación era amigo personal de su padre. La reina no tuvo otra salida que quedarse en Madrid, a pesar de que ella se encargaba de asistir a las ceremonias benéficas. Pero, lo peor llegó cuando vio a “esa mujer” recibir las felicitaciones de altas personalidades por su trabajo, estar presente en la cena previa al evento junto a Felipe y Letizia y las fotografías donde se le veía intercambiar miradas cómplices, besos cariñosos y sonrisas con Juan Carlos. Incluso, con su hija Cristina y su yerno, Iñaki Urdangarín. Al año siguiente sucedió lo mismo con su cuñada, Pilar de Borbón, y con su hermana, Irene de Grecia.

Años más tarde, Corinna confesaría que el rey le regaló un magnífico anillo de compromiso y que, incluso, le había pedido la mano a su padre pues la relación iba muy en serio. La actitud de Sofía ante las aventuras de Juan Carlos es clara, desde hace muchos años: indiferencia.

 

 

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