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La reforma del euro en la UE débil ante su avance

Merkel y Macron en la cumbre de Meseberg, 2018

Desde 2008, la crisis económica vivida a nivel internacional todavía deja huella. La Unión Europea (UE) guió a 24 países miembros para evitar que los mecanimos económicos internacionales de deflación les condujeran a una situación mayor de austeridad. Según ello, lo han logrado, y Madrid, Atenas o Lisboa, entre otras ciudades miembro de la UE vuelven a retomar su poder económico.

No solo en Europa nos encontramos ante dicha situación de depravación económica, también en una de las grandes potencias a nivel internacional: EE.UU. Diversos estados del país norteamericano como Florida o California sufrieron crisis financieras, pero el poder de su economía les llevo a una solución más rápida. Y,  dicho poder en parte se sostiene por la red de sistemas de bancos, herramientas fiscales, fondos de depósito y seguros de desempleo, que llevó a una recuperación grácil y rápida de EE.UU.

Tras la experiencia, la UE quiere construir una red especializada en la zona euro, similar a la estadounidense para evitar futuros largos periodos de recesión tras crisis financieras, y mejorar las cláusulas ya existentes. Este objetivo se planteó en la cumbre de Meseberg (Alemania), entre dos de los líderes europeos, Angela Merkel y Emmanuel Macron. Así, seis meses después, expertos economistas se pusieron a trabajar en una solución para alcanzar el objetivo fiscal y financiero que la UE se proponía.

Los principales objetivos eran crear un fondo de liquidez para evitar que los futuras quiebras bancarias tengan que ser pagadas por los ciudadanos, la formación de un depósito comunitario para diferencias finanzas públicas y privadas, y un presupuesto de zona euro para el paro laboral comunitario. Estos objetivos esconden el potencial francoalemán frente a Finlandia y Holanda, defensores de la disciplina fiscal y en contra de compartir riesgos económicos entre miembros.

Un año después del planteamiento de dichos objetivos, los economistas que redactaron las soluciones al problema de la UE afirman que han sido “decepcionantes” dichos avances, siendo insuficientes las medidas tomadas y lejos de lo comprometido en Meseberg. Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos, atestigua que el presupuesto es reducido, pero que para futuras crisis, poco a poco, se creará un sistema para “reducir divergencias, fomentar la confianza y resistir shocks”.

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