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El PP se divide entre el “no” y la abstención ante la moción de censura contra Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; respondiendo al líder del PP, Pablo Casado.

La moción de censura contra Pedro Sánchez registrada por Vox que se debatirá entre el 21 y el 22 de octubre en el Congreso de los Diputados no servirá tanto para expulsar al actual gobierno de coalición porque no cuenta con los apoyos suficientes -por ahora, solo los 52 diputados ultras respaldarán la moción-, sino para poner contra la espada y la pared al PP. El partido de Pablo Casado lleva semanas pensando qué posición adoptar en el debate y votación contra Pedro Sánchez, pero en ningún caso se plantea el respaldar a Vox porque sería una forma de posicionarse detrás de Santiago Abascal y de quedar solapado por la ultraderecha. 

El comité de dirección de los populares ha planteado las consecuencias que tendría cada alternativa en la política nacional a corto plazo. La dirección nacional del partido comunicó al grupo parlamentario que no se decidirá una postura hasta la próxima semana. Por ello, pidió a los 88 diputados que no aviven el debate en los medios de comunicación hasta que se tuviera tomada una decisión. 

Hay un grupo de diputados que se mantienen en la abstención porque se tornaría en incompatible las críticas que desde la bancada popular se hacen al Gobierno y en particular la presidente, Pedro Sánchez; y al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Este grupo está liderado, en parte, por la exportavoz del PP en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo. 

Hay otro grupo, no pequeño, que apuesta por oponerse frontalmente a Vox y que defiende el "no" en la votación. Está liderado por los parlamentarios que coinciden más con la estrategia del expresidente del Gobierno José María Aznar, que tachó de "inoportuna" la moción contra Sánchez. 

Por lo tanto, una de las viejas heridas del nuevo PP que surgió tras la elección de Pablo Casado como presidente del partido conservador vuelve a la mesa de la dirección: establecer puentes con Vox para no ceder terreno o, al contrario, marcar distancias e incluso implementar un muro de contención contra la ultraderecha. 

Si la postura que se podría adoptar respondiera a las últimas declaraciones de políticos tan relevantes en el partido como el secretario general del partido, Teodoro García Egea; o la portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, el sentido del voto sería negativo. No obstante, la última palabra reside en Casado: el será el que tome la decisión ante Abascal y Sánchez, una postura "muy sensible", aseguran desde Génova 13. 

La moción, la quinta que se celebra en democracia, no tiene visos de salir adelante y solo servirá para fortalecer a Vox frente el discurso, desdibujado, del PP, que se debate entre la abstención y el "no". Un gesto, el de Santiago Abascal, que solo servirá para tensar aún más el clima político actual en un momento especialmente delicado para el país, con la segunda ola del Covid-19 en pleno auge. 

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