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Casado pide el cese de Iglesias y Garzón por sus ataques al Rey

El presidente del PP, Pablo Casado, durante su intervención en la Escuela de Verano del PP de Aragón.

El presidente del PP, Pablo Casado, exigió el pasado sábado el cese inmediato del vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias; y del ministro de Consumo, Alberto Garzón (ambos de Unidas Podemos), por sus ataques a Felipe VI tras la conversación que mantuvo el Rey con el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes. El líder de la oposición aseguró que el país en bloque está asistiendo "a  una terrible erosión de las instituciones democráticas del Gobierno de Sánchez".

El líder de Génova 13 pidió a la parte socialista del Palacio de La Moncloa que "aprendan" de miembros de su partido como el presidente de Aragón, Javier Lambán; o el expresidente del Gobierno Felipe González que, "ante los ataques a la Jefatura del Estado, han alzado la voz". Por ello, anunció que el Grupo Parlamentario Popular del Congreso registrará la compareccencia urgente del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "como el único responsable de tener en el gobierno a un partido imputado por financiación irregular, defensor de la tiranía venezolana, nostálgico de la barbarie comunista, y aliado de los albaceas del terrorismo etarra y de los independentistas catalanes". También pedirá la reprobación del propio Iglesias.

Casado, en cambio, hizo una defensa acérrima en torno a Casa Real:  "Especialmente clara va a sonar nuestra voz en defensa de la monarquía, de Su Majestad el Rey Felipe VI y de lo que representa para todos los españoles, que no es solo la continuidad histórica de la nación, sino la voluntad soberana de esa nación de seguir existiendo unida como democracia moderna y europea".

"Entre la ruptura y la reforma, elegimos reforma; entre privilegio e igualdad, elegimos igualdad; y entre el enfrentaminto civil y el consenso; elegimos consenso", aseguró el presidente del PP, que reiteró que "ni la Constitución, ni la Monarquía, ni Europa, ni las leyes ni la propia oposición" son problemas a los que tenga que enfrentarse el Ejecutivo. "Es un Gobierno apoyado en una alianza cuyo único vínculo reconocible es el deseo de obligarnos a desandar el camino que hemos recorrido juntos", lamentó. 

"Hoy se fomentan intencionadamente las fracturas, las divisiones, los radicalismos y las discordias. Se desprecian los esfuerzos por integrar y unir alrededor de grandes proyectos nacionales en los que muchos puedan reconocerse y por los que quieran trabajar", sumó. "Desde mi más profunda convicción democrática y lealtad patriótica, sin ira y sin miedo: Viva el Rey. Y Viva España", finalizó en su intervención en la Escuela de Verano del PP de Aragón. 

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