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El líder de Vox en Andalucía, Santiago Serrano, presentó este miércoles su baja del partido después de que la Fiscalía de Andalucía haya presentado una denuncia contra él por presunto fraude de subvenciones en una ayuda pública de 2,5 millones de euros en 2016. El juez en excendencia, sin embargo, no dejará su acta como diputado y pasará al grupo de los no adscritos, tal y como confirmó a Europa Press.
En la nota enviada a la agencia de noticias, asegura que él es "una víctima" de todo este entramado. Su salida del partido ultra se ampara en la intención del propio Serrano de "evitar que la necesaria labor de regeneración que necesita Andalucía y que abandera Vox se vea manchada por estas acusaciones".
Serrano formará parte del grupo al que pertenece una única diputada, su excompañera de partido Luz Belinda Rodríguez, que abandonó Vox tras denunciar presunto acoso laboral. No obstante, la aritmética variable de la derecha en el Parlamento de Andalucía se vería inalterable. Entre los 26 escaños del PP, los 21 de Ciudadanos y los 10 de Vox se superarían, todavía, los 55 que marcan la mayoría absoluta de la cámara.
Serrano, una china en el zapato de Vox Andalucía
El juez ha sido un personaje molesto para el partido ultra desde que irrumpieran en el parlamento autonómico. Pese a que era el presidente del grupo parlamentario, ssu papel quedó desdibujado por la acción de otros diputados. Además, sus declaraciones han sido las más acertadas y Vox ha tenido que sortear sus propias palabras.
Vox confiaba en que Serrano dejara su escaño como diputado después de ssu ssalida del partido para que corriera la lista y que el partido no perdiera un escaño. En un comunicado, asegura que desde el partido "respeta la decisión del señor Serrano y le deseaamos suerte en el proceso al que se enfrenta a partir de ahora".