Siguen las conversaciones -y los desacuerdos- en el Palacio de La Moncloa para conseguir una red amplia de apoyos para que Pedro Sánchez se enfrente con garantías a la sesión de investidura que se celebrará en el Congreso de los Diputados en las próximas semanas. El pasado lunes se reunió en secreto con el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, para avanzar en las negociaciones y, según fuentes cercanas a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, "las posiciones están muy alejadas". Según el diario El País, el presidente del Gobierno en funciones ofreció "puestos intermedios" a su socio prioritario en la XII legislatura, algo que Iglesias rechazó porque quieren estar en el "gobierno de cooperación" al que acordaron en llegar en la Cámara Baja.
Sánchez quiere contar con los 42 diputados de Unidas Podemos, esenciales ya no solo para la investidura sino para la acción de gobierno, que establecería un colchón de 165 escaños que le harían más fácil su acción al frente del Gobierno de España. El líder morado conoce el interés de su socio y, por lo tanto, sigue apretando las tuercas aunque ambos saben que están condenados a entenderse. Por ello, Unidas Podemos le habría pedido que se comprometieran a ser su socio prioritario y, por lo tanto, que no buscaran apoyo en Ciudadanos y otras formaciones para grandes reformas o propuestas legislativas.